Llegó El Momento de la Estadidad

Cómo Ganar Elecciones – Napolitan

Cómo Ganar Elecciones – Napolitan

PRESENTACIÓN

Joseph Napolitan ha sido desde la época de Muñoz Marín el principal asesor político del PPD, fue asesor de Ferdinand Marcos en Filipinas, y en muchos países de latinoamérica, es el pionero de la profesión de asesores políticos en los Estados Unidos y el mundo. Este escrito es un resumen comentado y actualizado de sus recomendaciones. Es importante conocerlas, por el mayor número de estadistas, para así unidos todos ayudar en la campaña Plebiscitaria y para las elecciones de 2,000 que ya comenzó. Esto ayudará a desarrollar ideas, porque las ideas surgen de una sola persona, esa persona puedes ser tú o uno de tus compañeros, y porque las ideas es el génesis de cada acción. Pero si las buenas ideas no se comunican, difunden en la forma apropiada, se pierden. Conocer al adversario es esencial.

La idea es que en cada equipo de campaña (uno por cada líder electo, designado, oficial o voluntario, y debería ser un equipo por cada 100 voluntarios) se les distribuya a unos 20, y estos a su vez a 20, mucho podrán ayudar. El presentarlo en forma de diskette es económico, sencillo, efectivo y muy fácil de regrabar y multiplicar. También es una magnífica forma de entretenimiento y para aprender o perderle el miedo a las computadoras.

Recuerda que estas ideas son la base de las campañas del PPD. Los del PPD creen en no educar siguiendo la tradición española, por lo que los del PNP debemos adelantarnos y educar al mayor número de líderes, colaboradores y voluntarios. Así le ganaremos en cada detalle.

Recuerda que la política es una actividad continua, diaria, necesaria para realizar y mantener una buena obra de gobierno.

Esto es un experimento, por lo que necesitamos nos ayudes a distribuirlo.

Este resumen comentado y actualido del pensamiento político de Joseph Napolitan se inicia con “Las cien cosas que aprendí trabajando en treinta años como consultor político” [50-Ideas.doc y 100-ideas.doc]. En segundo término, “Cómo utilizar bien un asesor político” [asesor.doc]. También ideas sobre el Director de Campaña [Director.doc] y sobre las agencias de publicidad [Agencias.doc].

Estas ideas son utilizables tanto en política como en la vida diaria.

Esperamos que esta sea una buena forma de entretenimiento a la vez que entrenamiento. Te recomendamos le añadas tus comentarios, los imprimas, los distribuyas y discutas con tus compañeros. También pedirle que hagan lo mismo.

Este resumen de los escritos de Joseph Napolitan surge del libro “How To Win Elecctions” (Edición ya agotada), recortes de revistas y periódicos, y del libro ¿Cómo Ganar Las Elecciones?, publicado por ILPA, Quito, Ecuador, Instituto Latinoamericano de Política Aplicada, a quienes el autor le autorizó su publicación y realizaron una magnífica traducción al español (edición no disponible en los EEUU), si deseas leer el libro, escríbele a sus editores: ILPA, EDIPLA Editores, 6 DE DICIEMBRE 3168 Y PEDRO PONCE CARRASCO, QUITO, ECUADOR. TELS. (5932) 550-574; (5932) 569-084; FAX 563-738.

Nuestro interés es que se conozca la obra de ILPA y promover sus escritos, a los cuales felicitamos por su valiosa contribución al desarrollo de la democracia y la libertad en Latinoamérica.

Cómo Ganar Elecciones: Ideas de Joseph Napolitan Que Deben Aprender de Memoria Los Progresistas

Presentación
Las primeras 50 ideas más importantes sobre Campañas Políticas
Ideas de la 51 a la 100
Recomendaciones sobre los Asesores en Campaña
Recomendaciones sobre las Agencias de Publicidad
Consejos al Director de Campaña

LAS 100 NEJORES IDEAS PARA CAMPAÑA

Las Primeras Cincuenta de las Más Importantes Cien Ideas Que Napolitan Ha Aprendido En La Política y Nuestros Comentarios:

1. La estrategia es el factor individual más importante en una campaña electoral.

Una estrategia correcta puede sobrevivir a una campaña mediocre, pero hasta una campaña brillante puede fracasar si la estrategia es equivocada.

La estrategia debe diseñarse para que sirva en una campaña determinada y no se debe pensar que la campaña debe adaptarse a una estrategia abstracta.

Hay además un asunto que puede parecer intrascendente pero es esencial: si usted no es capaz de escribir su estrategia en unas hojas de papel, es que simplemente no la tiene.

[Nótese que una campaña es como cualquier proyecto o proceso administrativo, hay que establecer los objetivos, preparar un plan realista con los recursos disponibles, desarrollar el plan y darle seguimiento o continua supervisión hasta su realización. La mejor estrategia es el trabajo arduo coordinado, todos los días, manteniendo a los colaboradores y reclutando adicionales, dedicándole dos o tres horas al día. La política es como un ejército, que se entrena, se acostumbran, se habitúan; o como las iglesias que los reúne todos los domingos. Como dice Sun Tzu en el Arte de la Guerra, la mejor estrategia es ganar sin guerra.]

2. No existe el llamado efecto, de “unirse al carro del vencedor“.

Es falso decir que: “A la gente, aquí le gusta estar con el ganador, votaron por el candidato que crean que va a ganar”. Se vota y se favorece por el que entienden que le conviene.

Una cosa es crear un ambiente ganador y otra mentirse o crear falsas expectativas.

Si algo ocurre, creo que es lo contrario; los partidarios de un candidato que aparece en desventaja se sienten motivados a trabajar más duro mientras que los partidarios del candidato que aparece primero tienden a confiarse demasiado y dejarse estar.

[En Puerto Rico a la gente le gusta estar con el triunfador. Después de las elecciones de 1996 hasta Miguel Hernández Agosto comentó que si las elecciones fueran ahora el PPD no tendría ni la mitad de los votos. Hay que recordar que los electores populares no tienen ideales, que son proamericanos en su gran mayoría y que si se les habla e invita a la Estadidad muchos vendrán a ayudarnos. Pero eso hay que hacerlo ahora, amarrarlos y comprometerlos el voto persona a persona, poco a poco.

En 1972 el “Somos Más, Muchísimos Más”, y en 1996 el “San Juan es Nuestro” desayudaron, porque crearon una falsa sobre confianza, los del PNP no trabajaron y se humilló a los del PPD que sí trabajaron, abajo, que es donde realmente se ganan las elecciones. Algo similar pasó en el Plebiscito de 1998.]

3. El tamaño de las concentraciones y actividades de partidarios tiene muy poca relación con la votación.

[Hay que hacer el trabajo mejor que la oposición para reunir más electores, al final conseguir el voto de la mayoría de los electores. Antes los del PPD le cobraban a los electores el supuestamente “haberle quitado las niguas y haberle puesto zapatos”, y los del PNP no sabíamos cobrarle las miles de grandes obras realizadas, en el 1996 comenzamos a aprender. Es que se debe hacer como las gallinas, que cacarean cuando ponen cada huevo. Si se hace algo, hay que anunciarlo, desde ahora. Una función de cada Jefe es mantenerse en los medios continuamente, dedicarle una o dos tardes a visitar a sus empleados cada semana, y organizar un comité que prepare uno o dos comunicados de prensa semanales. Así se comunica la verdad, las obras (diez veces más difícil que la mentira y la falsedad), y se usa el tiempo o espacio que la oposición o la prensa (prácticamente lo mismo por la nueva actitud de ser “fiscalizadores”) usaría en contra.]

4. Las encuestas son esenciales pero no se deje atontar por ellas.

La única razón práctica para contratar una encuesta es la de obtener información que ayude a ganar la elección. Si la encuesta no logra esta finalidad, es mejor que uno gaste su dinero en otra cosa.

Quizás la información menos importante de una encuesta política sea la de quién está en primer lugar en un momento dado.

Las encuestas no son infalibles, especialmente en las primarias, o cuando son tomadas antes de que la campaña comience realmente.

No se puede dirigir una campaña sin encuestas adecuadas, pero tampoco se puede depender totalmente de ellas. Normalmente no se deben hacer públicas. Pero la mejor encuesta es hablar con el electorado, mantenerse estudiando el pulso de la opinión del electorado silencioso. Los hechos son más importantes que las apariencias, aunque en política la percepción general es más importante que la verdad.

[Hay que recordar que hay encuestas serias y amañadas. Recordar la que publicaron los comentaristas del Canal 11 TV una semana antes de las elecciones diciendo que Acevedo ganaría y que la encuesta era muy seria, allí Yollanda Vélez Arcelay y el otro del que nadie se recuerda, demostraron que eran más activistas de la izquierda que periodistas. Por eso es necesario saber qué periódico o medio informativo presenta la noticias y cuál periodista, porque de ello depende mucho la credibilidad que le debemos dar. Tenemos que ser selectivos y analizar las fuentes antes de darle credibilidad. Tenemos que promover el que cada elector sea selectivo antes de creer en lo que algunos dicen. Así pues, la fuente es tan importante como la información, especialmente al analizar las encuestas.]

5. Nunca subestime la importancia de las divisiones partidistas.

Es necesario mantener la organización del partido y de los colaboradores, porque son los que deben trabajar como un buen equipo. Si se dividen, se perderán las próximas elecciones.

[La política es un asunto diario, nunca se puede perder el favor general del electorado. La única forma de mantener a la oposición dividida es atacándolos continuamente, porque la mejor defensiva es una buena ofensiva. Ganarles en cada detalle. Analizar que la gran ventaja de los populares había sido su indefinición, lo que ahora es su mayor desventaja, porque sus dirigentes son antiamericanos pero su electorado es proamericano. Los independentistas siempre están divididos porque son utópicos y cada cual basa sus estrategias en ideas irreales e imprácticas que al tratar de realizarlas son absurdas. Es importante mantener al PNP unido, trabajando como un solo equipo, que las diferencias se discutan en la casa y que la mayoría democrática siempre mande.]

6. No tema dejarse conducir por verdaderos expertos.

[En política todos son importantes, porque todos sirven para algo. Unos para ayudar y otros hasta como enemigos o adversarios. Para cada cosa usar el mejor talento disponible (posicionarlos), evitar las claques y los celos.]

Cuando se gana una elección todos son héroes. Cuando se pierde, no hay gloria para nadie.

Utilice los mejores consultores profesionales que pueda conseguir sin fijarse en quienes puedan sentirse heridos por eso. [Un buen equipo no es el de amigos, sino el de los mejores. No tienen que agradarse, sino respetarse en sus distintas tareas.]

7. En muchas campañas no se sabe cómo utilizar adecuadamente a los consultores.

Hay que poner este asunto en claro desde el comienzo, de modo que las expectativas de los líderes no sean ni exageradas ni irreales.

[Un gran instrumento en la campaña es el designar un Comité de Estrategia y mejor aún varios, el principal presidido por el Director de Campaña. Los Delegados Presidenciales son muy convenientes y necesarios en Puerto Rico.]

8. Los spots televisados que muestran grandes muchedumbres sirven muy poco; sólo consiguen que el candidato se sienta bien.

A veces resulta difícil persuadir a quienes trabajan en una campaña de que esta clase de spots no son una buena ayuda. [Los mejores spots o anuncios radiales son los que fortalecen la verdad y la realidad, lo que la mayoría de los estadistas ya piensan, para que los comenten en el diálogo diario, que es donde realmente se conquistan los votos.]

9. Usar bien el tiempo es esencial.

Usar adecuadamente el tiempo es un aspecto crítico de toda la estrategia.

Usar un material demasiado temprano -o demasiado tarde- puede volver nulo su impacto.

Cada situación es diferente. Para un candidato que no es muy conocido, una campaña temprana en los medios puede ser esencial. Para un candidato muy conocido una campaña temprana puede ser ruinosa.

Si su oponente lo acusa de cosas fácilmente refutables a veces es mejor dejar que lo repita varias veces, de modo que se lo verá como un tonto cuando usted contraataque. Pero en otras ocasiones es básico responder inmediatamente a las acusaciones.

Es difícil enseñar el uso del tiempo. Mucho de ello es instintivo. Y en esta era de campañas computarizadas es reconfortante saber que el juicio del hombre desempeña un papel central en las campañas.

[Hacer cada cosa en su momento más preciso, porque el tiempo que se pierde no se recupera. El Plan de Campaña, incluyendo los itinerarios según el peso electoral y las prioridades establecidas, se debe hacer dos años antes y seguirlo, así se optimizará el uso del tiempo, que es el recurso más importante en cada campaña.]

10. No es tan importante la cantidad de dinero con que usted cuenta sino más bien la forma en que usted lo emplea.

Al mismo tiempo que nadie puede negar que resulta confortable tener todo el dinero necesario para conducir una campaña, es claro que no siempre gana el candidato con acceso a la mayor cantidad de dinero, hay muchos factores que inciden, pero ciertamente la efectividad en el gasto de los fondos que se poseen es uno de los factores de mayor importancia.

Es fácil despilfarrar el dinero en una campaña política, y muchos candidatos lo hacen. Eventualmente, es posible ahogar al oponente en un mar de dinero.

Pero en la mayoría de las campañas, asumiendo que cada candidato posee al menos la cantidad mínima de dinero para montar una campaña decente, el posible ganador es aquel que gasta su dinero más eficazmente o, dicho de otro modo, aquel que mejor logra su objetivo cada vez que apunta a un blanco.

[Las actividades de campaña más efectivas son muy económicas, caminatas, visitas, reuniones y actividades, el mayor número posible, mil caminatas diarias por mil líderes. Recordando que lo importante no es quien haga las actividades, sino que se hagan. También es importante los detalles, pegar los stickers solo después de hablar con el dueño del auto, así no se pierden; o preparar un tablón de edictos en cada sector para colocar los cartelones y anunciar las actividades, son cosas sencillas pero muy importantes.]

11. Si algo resulta útil, sígalo usando hasta que deje de ser útil.

Pasar spots televisados, cuñas radiales, escritos o temas dañinos, es doblemente perjudicial, porque te cuesta y ayuda a la oposición.

O, como dicen, “Si no está roto, no lo arregles”.

Pero si es efectivo, continúa usándolo.

[En esto los del PNP somos mil veces más eficientes y productivos que los populares, principalmente porque los estadistas miramos y admiramos la técnica y eficiencia americana, mientras que los populares solo miran hacia latinoamérica. Los estadistas somos decididos y los populares siempre indecisos, en todo, especialmente por el ELA.]

12. Asegúrese de que el mensaje es simple, claro y comprensible.

Una parte de la estrategia total incluye definir el mensaje o los mensajes correctos que serán comunicados a los grupos – objetivo específicos o al electorado en su totalidad.

[Más importante que definir nuestro mensaje es definir a nuestros opositores, con tiempo. Por ejemplo, los populares son los colonialistas, los que no hacen obras, los que usan mentiras y falsedades engañantes; los que miran a latinoamérica y son españófilos; Héctor Luis era el “mongo” HaceNada y Acevedo Vilá el HaceMenos.]

Cualquiera que sea el mensaje, debe ser simple, claro y fácilmente comprendido por cada persona.

El ejemplo clásico es el del mensaje de Ronald Reagan en su campaña presidencial de 1980: “Haré fuerte a América y bajaré los impuestos”.

Nada podía haber sido más claro ni más efectivo.

[En los cuarteles generales de campaña de Clinton en 1992 había un letrero que decía “La Economía, Estúpido”.]

13. Nunca subestime la inteligencia de los votantes ni tampoco sobreestime la cantidad de conocimientos que están a su disposición.

El electorado no es estúpido, pero a menudo no tiene a su disposición la información suficiente como para tomar la decisión adecuada (entiéndase, la que favorezca a su candidato).

No es responsabilidad del elector conseguir esa información; es responsabilidad del candidato y su equipo dársela, en bandeja de plata si es necesario.

Si al final de la campaña, los votantes no entienden lo que su candidato está tratando de decirles, el error está en el candidato y no en los votantes.

Ya no me sorprende la sofisticación que muestran los votantes cuando responden a encuestas de opinión, pero a veces sí me asombra la falta de sofisticación que muestran ciertos candidatos y a menudo su equipo también.

[El PNP tiene que redoblar esfuerzos para comunicar sus mil obras en beneficio del Pueblo. Porque tenemos al mejor Gobernador que ha tenido Puerto Rico en toda nuestra historia, el “enviado de Dios”, como dice y repite todos los días por la radio don Pototo.]

14. Es preferible que los ataques negativos los hagan terceras personas, en medios pagados.

No es éste el momento de discutir sobre los méritos o deméritos, la moralidad o inmoralidad de los ataques negativos hacia un oponente. Personalmente, yo sigo una regla muy simple: cuando se ataca la vida pública del candidato, hay juego limpio; si se ataca la vida privada no lo hay.

Pero los ataques negativos son un hecho de la vida política y, si se los va a utilizar, debe hacérselo con la mayor efectividad posible.

Yo prefiero que mi candidato no ataque nunca a su oponente ni en televisión pagada ni en spots de radio. Prefiero siempre que mi candidato tenga en televisión la imagen de un “buen muchacho”. Cuando uno piensa que un ataque se justifica, debe dejar que el mensaje negativo sea hecho por un anunciador, la copia en un anuncio impreso o por alguien que no sea su propio candidato. [Esto lo usan mucho los dirigentes populares, (ya no tienen líderes) usando a sus aliados izquierdistas antiamericanos (reciclados como eco-terroristas). El PNP cuenta con un magnífico equipo de comunicadores radiales que se deben felicitar en cada ocasión y ayudarles en su tarea en todo lo posible, porque son los infanteros del Ideal de Estadidad.]

15. No subestime el poder y la penetración de la radio.

He estado entonando esta canción desde hace tiempo pero muchos no la quieren sintonizar.

Convengo en que la televisión debe ser el más emocional y persuasivo de todos los medios de comunicación, pero la radio es quien más se le aproxima y tiene muchas ventajas por sobre la televisión: es más barata su producción, puede ser producida rápidamente, puede apuntar a ciertos grupos de la población con más precisión que la televisión y su costo es menor.

[Cualquiera que tenga dudas acerca del poder de la radio, puede escuchar a los comunicadores radiales del PNP, durante una hora y escuchar los debates diarios. Esta experiencia cambiará sin duda su manera de apreciar el poder de la radio. Cada líder debe organizar en su grupo un equipo de comunicadores radiales y escribidores de cartas.]

Una de las cosas peores y más desidiosas que se pueden hacer en una campaña es utilizar el sonido de un spot de televisión como si fuera un spot para radio. Es tan malo como utilizar la misma imagen en la televisión que en un anuncio impreso. Son medios diferentes.

16. No subestime el impacto de un gobierno impopular.

Este es otro de los obstáculos escondidos, algo parecido al asunto de los partidos divididos.

También creo que este fenómeno es más importante en elecciones presidenciales o gubernatoriales que en las otras. Asumiendo que los candidatos se equiparan en méritos, si uno de ellos representa al partido de una administración impopular, es probable que pierda.

Este es un asunto para ser factoreado en su ecuación, cuando se trata de determinar las actitudes de los votantes.

[Antes se pensaba que una administración podía tener ciclos de impopularidad, eso puede ser fatal porque es difícil recuperarse. La norma es atender cada asunto y nunca caer en la impopularidad. Por eso cada Jefe (servir de “shock absolver”) debe contestar los ataques, para darle tiempo al Gobernador para aclarar los issues. Si cada líder organiza dos o tres Comunicados de Prensa y Comparecencias a la Semana, cualquier malestar de la ciudadanía se atiende a tiempo.]

17. La percepción es más importante que la realidad.

No se necesita haber estado mucho tiempo en este negocio para aprender este hecho.

Si los votantes creen que el candidato es un hombre honesto, podrá realizar una buena obra de gobierno; si creen que el candidato es una persona de no fiar, puede él tener cuatro cardenales y dieciséis obispos que testimonien su honestidad y la gente continuará creyendo que es deshonesto, y no podrá realizar la obra de gobierno.

[La gran ventaja que tenemos los progresistas es que tenemos el Gobernador más honesto, inteligente, trabajador, dedicado, metódico, estratega, dispuesto, bien intencionado y totalmente dedicado al bienestar general que ha tenido Puerto Rico. Cuando alguien trata de perjudicar a Puerto Rico por sus intereses personales, se encuentra con el Gobernador más valiente defendiendo a Puerto Rico que haya existido.]

18. Llevar una campaña no es un proceso democrático.

Una campaña se parece más a una operación militar, al menos si se la realiza correctamente.

Todas las opiniones no deberían tener el mismo peso en las discusiones y en las decisiones de la campaña. Una campaña debería tener expertos y especialistas en las diferentes áreas. Sus opiniones deben pesar. Si uno necesita ser operado, le presta más atención a la opinión del cirujano que a la del conductor de la ambulancia; si uno necesita llegar rápidamente al hospital, toma en cuenta el consejo del conductor.

No se deben tomar las decisiones sobre la base de “una persona, un voto”. No todo asesor es bueno para todo.

[Es importante que los legisladores y alcaldes asimilen esta recomendación. O ganamos juntos o separados perdemos. Somos un equipo y antes de hablar hay que pensar en los resultados.]

19. El candidato debe comprender los asuntos de interés para su posición.

Los que está fuera de la política, podrían considerar ésta como una declaración simplista.

Ya es bastante cuando el candidato no está bien informado sobre los asuntos de interés común, pero es mucho peor cuando no está informado acerca de los suyos propios. Y suele suceder.

[La comunicación al electorado a través de los medios informativos es distorcionada, por eso son tan importantes las reuniones y que se fotocopien y distribuyan escritos como los de El Aballarde.]

20. No complique la campaña.

Son tres pasos simples los que se deben dar para ganar cualquier campaña:

(1) Decida lo que va a decir

(2) Decida cómo va decirlo

(3) Dígalo

Ser director de campaña o consultor en una campaña importante es como ser entrenador de fútbol profesional: uno puede conocer mil jugadas diferentes, pero en cada partido solo alcanzará a usar alrededor de veinticinco de ellas.

Algunos directores de campaña gastan un montón de dinero y tiempo en tonterías – como para quedarse luego sin fondos suficientes para pagar una campaña adecuada en los medios de comunicación. Cada cosa debería ser tan clara y sin complicaciones como sea posible empezando en la mesa de organización y siguiendo con los impresos en el papel de cartas.

21. No se vuelva esclavo de los slogans o logotipos.

Uno dijo: “Si sirve para un spot en particular, úsenlo. Si no sirve, no”.

Sucede a menudo que un candidato, o su director de anuncios, o su agente, se sienten sometidos por un slogan o por un logotipo, al punto de insistir en que se los use en cada spot televisado, en cada spot de radio, en cada folleto, anuncio impreso o cualquier otra cosa.

Uselo mientras sirva; si aparece como algo fuera de lugar, cámbielo por otra cosa. O por nada.

22. Proteja primeramente sus bases de apoyo.

Si tiene una buena base que lo sostenga, protéjala primero a ella, vaya luego tras otros votos. Incluso, resulta más fácil acrecentar el porcentaje de votación dentro de un entorno favorable que conseguir un número equivalente de votos en un entorno hostil.

Nuca crea que sus bases están definitivamente conquistadas. Es más difícil mantenerlas que conquistarlas.

23. No tema invadir el territorio de la oposición.

Esto parece contradecir lo anterior, pero no es así: proteja primeramente sus bases propias y, luego, invada el territorio de la oposición.

Nos encontramos a menudo con candidatos que se resisten a hablar a ciertos auditorios. “Esos son todos opositores”. Trato de explicar al candidato renuente el por qué debería hablar con esos grupos y lo hago en términos sencillos, como estos:

“Si usted habla para cien correligionarios y usted cuenta con los votos de ellos por anticipado, lo más que conseguirá es mantenerlos o perder algunos. Si usted habla para cien opositores que comenzaron en contra de usted, de modo alguno perderá votos y podría suceder que gane algunos”.

Esta es la razón por la cual aconsejo a candidatos varones que participen en las actividades de mujeres, a candidatos viejos que compartan con los jóvenes, a candidatos ricos que vayan a barrios pobres y a los urbanos que vayan a los campos.

[Si cada líder se dedica unas tres o cuatro horas diarias a organizar el conquistar dos populares, desde ahora que están blanditos, triunfaremos en el Plebiscito por más del 60% que debe ser la meta mínima.]

24. Lo que usted dice en un sitio debería poder ser oído en cualquier otro.

A veces los candidatos tienen la idea peculiar y anacrónica de que una vez que se hallan fuera de su propio espacio, su distrito o su estado, pueden decir cosas que no dirían entre los suyos, olvidando (es lo que supongo) que existen cosas tales como la comunicación instantánea.

Cada cosa que se diga puede rebotarle en contra. Todos cometen errores, lo importante es que se cometan lo menos posible.

25. Deje que su candidato le hable a la gente.

En esta era de comerciales de televisión “creativos”, hay la tendencia de hacer un paquete total de spots en los cuales el candidato nunca habla directamente con la gente.

Esto es un error. La gente quiere ver y oír al candidato. Quizás él no se parezca a Robert Redford, ni hable como Ronald Reagan pero la gente quiere verlo, oírlo, quiere hacerse una idea propia acerca de él. Creo que muchos consultores cometen a veces el error de creer que la gente sabe mucho acerca del candidato. Esto no es verdad, el contacto visual (“el rostro ante la cámara” como dicen en Gran Bretaña) es una de las mejores armas que se pueden usar en los spots.

26. Cada campaña es diferente, todas las campañas son lo mismo.

El objetivo de cualquier campaña política es persuadir a los votantes de que marquen una cruz al lado de un cierto nombre en lugar de hacerlo junto a otro. En toda campaña ciertas cuestiones básicas son similares, cuando no idénticas. Cada campaña contiene los mismos ingredientes básicos: encuestas, estrategias, mensaje, propaganda, organización, recolección de fondos.

Pero en cada campaña hay aspectos diferentes, el acercamiento y estrategias deben ser definidos y adaptados para que concuerden con los elementos existentes. Algunos generales son a veces acusados de seguir peleando la última guerra, nosotros no deberíamos jamás permitirnos el “pelear la campaña anterior”, sino que tenemos que adaptar nuestras técnicas para que sirvan en la campaña presente.

[Recuerda, la campaña de El Plebiscito será muy distinta la del 1996 y a la del 2,000.]

27. Trate de no auto-destruirse.

Es asombroso ver cuan a menudo se rompe una regla tan sencilla. El peor enemigo somos nosotros mismos. Muchos candidatos se las arreglan para arruinarse así mismos con una regularidad asombrosa. [No se puede temer a cometer errores de buena fe, pero tampoco permitir los de mala fe. Como seres humanos somos imperfectos, el que trabaja comete errores, eso es normal. La vida es problemas y lo importante es saber resolverlos. Hay que minimizar los errores. Siempre.]

28. No deje a su oponente en “carrera libre de obstáculos“.

Napolitan, el que ha hecho de las campañas negativas su especialidad con los populares dice “que no soy un gran adepto de las campañas negativas, tampoco soy de los consultores que aconsejan poner la otra mejilla”. Se queja de candidatos que se niegan a responder a los ataques de un oponente, o no quieren refutar las atrevidas acusaciones hechas contra ellos, pensando que eso significaría darle importancia al oponente al contestar a sus aseveraciones injuriosas.

Si su candidato tiene un sólido liderazgo y si usted confía en que su plan de campaña está tan bien diseñado como para poder no hacer caso de estas acusaciones, o si usted hace a menudo investigaciones acerca del impacto de ellas y encuentra que no tienen acogida alguna, entonces tal vez solamente tal vez; pudiera usted seguir permitiendo que su oponente siga corriendo sin obstáculos.

Pero yo no lo aconsejaría.

Un candidato se muestra a veces renuente a responder él mismo a las acusaciones de su oponente, porque al hacerlo se estaría poniendo a la misma altura del otro.

Sentimientos nobles que no es raro que lo lleven al fracaso total.

El candidato no tiene que refutar personalmente todos y cada uno de los ataques y acusaciones, pero su campaña debe hacerlo. De otro modo uno corre el riesgo de que una acusación no refutada y repetida a menudo llegue a ser percibida como una verdad y entonces el problema es grande.

Además, no se debe nunca desestimar el daño acumulativo que esas acusaciones no refutadas pueden llegar a tener.

[Cada Jefe, Legislador, Alcalde y Líder debe organizar un grupo para que organice un plan de medios y le ayude en esta tarea. Nada es por casualidad sino por causalidad. Si cada líder prepara dos o tres Comunicados de Prensa a la semana, comunicaremos las cosas positivas y le quitaremos tiempo y espacio a la oposición. Cada ataque de la oposición hay que analizarlo y contestarlo o neutralizarlo lo antes posible.]

29. Comience temprano.

Nunca será demasiado pronto para comenzar a planificar su campaña. Puede ser que los eventos de la campaña no deban comenzar temprano, pero eso es otra cosa.

Comenzando a trabajar temprano se tiene el tiempo suficiente para tomar y analizar encuestas, estudiar al oponente y sus movimientos posibles en profundidad. Se pueden diseñar y discutir varias estrategias posibles, seleccionar a los mejores especialistas para que trabajen en la campaña, preparar intelectual y moralmente al candidato.

No por comenzar tarde se tiene menos cosas que hacer, simplemente se tiene menos tiempo para hacerlas bien.

[Sabemos que los populares usarán el miedo y los emocionalismos, con mentiras y falsedades para engañar al electorado. Por lo que debemos anticipar y comunicar lo racional ahora e irnos al debate emocional de tú a tú con los populares durante el final de la campaña.]

30. Usted puede pulir a un candidato pero, realmente, no se puede cambiar su manera de ser.

He visto candidatos que han mejorado y algunos que han empeorado en el curso de la campaña, pero nunca me he encontrado con ninguno que haya realmente cambiado mucho.

Es cierto que se pueden hacer cosas tipo cosmetología: convencerlo de que use trajes oscuros, cambiar su corte de pelo, el color de sus calcetines, cambiar la montura de sus lentes por otra más atractiva, se puede incluso hacer al candidato más diligente.

Pero en la mayoría de los casos uno tiene que trabajar con lo que tiene, de manera que hay que adaptarse a la realidad desde el comienzo y adaptar el plan de campaña para que calce con el candidato: igual que un entrenador que planea las estrategias del juego sobre la base de los jugadores que tiene, porque jamás logrará que sus jugadores hagan cosas que no están capacitados para hacer.

31. Básese en las organizaciones que ya existen.

Crear una organización puede ser una tarea formidable. Hay especialistas en crear y mantener la “organización”. Crear una nueva organización puede resultar una tarea cara y difícil.

[La organización del PNP en la rulalía se ha ido renovando, en las áreas metropolitanas no. Por eso es tan importante renovarla en San Juan, Carolina, Ponce, Caguas y Mayaguéz. Eso se logra con trabajo fuerte y decidido. Celebrando tres o cuatro actividades en cada sector antes de reorganizarlo.]

Siempre que a mi me ha sido posible optar, los resultados me han demostrado que es mejor ajustar nuestras acciones a una organización ya existente; tanto cuando se trata de un partido político como de algún interesante sector de un grupo de apoyo.

Las organizaciones que comparten los puntos de vista del candidato sobre ciertos asuntos de interés emocional, tales como el aborto, el control de armas y el cese de pruebas atómicas, suelen ser de una gran ayuda si colaboran en la campaña. Así es aunque su colaboración se limite a lo mínimo, sus listas para el franqueo de correspondencia, o llegue a cosas más importantes. como su colaboración personal, su experiencia y, en algunos casos, incluso su dinero.

32. Trate de inculcar en su candidato un sentido de prioridades.

Por razonamiento y por lógica, todo candidato sabe que casi todas sus apariciones en televisión, especialmente en comerciales pagados que se pasan en horas pico, serán vistos por más votantes de los que podrían llegar a verlo durante el transcurso total de su campaña.

Pero casi todos ellos se resisten a emplear el tiempo suficiente para que el producto que va a la televisión sea el mejor posible. No les importa perder varias horas con un grupo de cien votantes, muchos de los cuales ya tienen su voto comprometido, pero cuando se les pide que concedan un tiempo igual a la preparación de una producción televisada que será visto por cientos de miles de votantes, invariablemente oponen resistencia.

Es por esto que tiene tanta importancia que quien programe las actividades del candidato y el tiempo que utilizará en cada una de ellas sea alguien que comprenda la importancia de las diversas actividades, tales como la producción para los medios de comunicación y que sea capaz de cancelar un desayuno con cincuenta partidarios para que el candidato tenga más tiempo para preparar su aparición en televisión, ensayar un discurso importante o tomarse un día de descanso o de discusión de decisiones estratégicas o reunirse con los comunicadores radiales.

33. Cuando su usen nuevas tecnologías, asegúrese de que están en manos de especialistas.

No es suficiente comprar o arrendar un par de computadoras y contratar a un joven que haya seguido un curso de programación, para creer que su campaña ha sido “computarizada”. Es como salir a comprar una costos producción de video sin saber cómo se la pasa correctamente.

Si su campaña requiere de cualquier clase de equipo o de procedimientos sofisticados, asegúrese de contratar a un especialista que realmente sepa cómo operar ese equipo o ejecutar aquellos procedimientos.

34. Es bueno el endoso de personalidades, pero se debe usar adecuadamente.

La popularidad es algo muy difícil de transferir. Si la figura política más popular en el distrito, estado o país, endosa a un candidato, esto no significa necesariamente que todos los partidarios de él vayan a votar por tal candidato

Utilizado con cuidado y con selectividad, el endoso de votos puede ser una buena ayuda. En una campaña en la cual el opositor proclamaba que el candidato tenía solamente el apoyo de los líderes políticos, nuestra primera tanda de spots televisados fue de entrevistas callejeras a personas corrientes, gente común que decía cosas positivas acerca de nuestro candidato.

Si un candidato es visto como un intelectual de peso ligero, consiga algunos pensadores profundos que endosen su candidatura y ensalcen su inteligencia. Si es visto como que carece del apoyo de las minorías, consiga a algunos representantes de grupos minoritarios y haga que ellos endosen sus comerciales.

Los endosos y testimonios son un método para aumentar la credibilidad del candidato entre ciertos grupos de votantes. Si se los usa con efectividad pueden resultar útiles, pero no espere demasiado de ellos.

No me atraen mucho los endosos de “celebridades” pero hay ocasiones en que importantes testimonios pueden ser dados por gentes no políticas, que podrían decir algo así: “Nunca antes he respaldado a un candidato político, pero permítanme decirles por qué, en estas elecciones, estoy apoyando [a Pedro Rosselló.”]

35. No cree expectativas exageradas, en especial cuando tiene posibilidades de ganar.

Si promete más de lo que puede dar, eso le costará la siguiente elección. Muchos lo recordarán y, si no lo hace, su oponente se encargará de hacerlo.

Es mejor ser más modesto en lo que se promete y proponer objetivos que razonablemente se lograrán alcanzar.

También puede suceder que las promesas sean tan exageradas que lleguen a sonar a falso y dañen la credibilidad del candidato.

36. Proceda con cautela en Municipios que no conoce.

Si es de otro Municipio, habrá un escepticismo muy normal acerca de su capacidad para comprender los problemas.

Decirle lo que están haciendo mal y darles una solución simple a problemas extremadamente complicados es contraproducente.

El primer objetivo al tratar con candidatos y sus equipos, debe ser captar la confianza de ellos. Algunas ideas que hubieran podido ser rechazadas si se las daba a conocer en la primera entrevista tal vez llegarán a ser aceptadas, o al menos tomadas en cuanta y estudiadas, cuando la gente con la que trata ya tenga confianza en usted. Hay que proceder despacio y con cautela aún cuando se sepa desde el comienzo lo que se necesita hacer.

37. Haga conocer siempre “al equipo de campaña” que usted no pretende quitarles su trabajo.

Como asesor, en la primera reunión con el candidato y su equipo, hágale conocer cuál será su papel en la campaña. Que no le interesa ser el jefe de equipo del candidato, ni su secretario de prensa, ni funcionario municipal, que todo lo que yo deseaba era ayudar al candidato a ganar las elecciones e irme luego a casa.

Lo mejor es ser considerado como un recurso, un sistema de apoyo, jamás una amenaza. Normalmente esto resulta, pero no siempre. En algunas campañas ciertos miembros del equipo, normalmente los más inseguros acerca de su capacidad, tratarán de desprestigiar sus recomendaciones. No se puede hacer mucho al respecto, esto entra dentro de los riesgos del oficio. Pero si desde el comienzo se hace el esfuerzo de lograr la cooperación del equipo del candidato y se lo convence de que su papel como asesor de campaña termina el día mismo de las elecciones cualquiera que sea el resultado de ellas, la campaña resultará con seguridad macho más fácil.

38. Si sus consejos no son aceptados, retírese.

Si sus consejos son constantemente rechazados o ignorados, usted tiene dos opciones: cede o se retira del asunto. Siempre prefiera la retirada.

39. Los arreglos financieros deben quedar establecidos desde el comienzo.

40. En una campaña nada está garantizado.

Este es un consejo crucial, no siempre fácil de seguir, porque a veces no hay más remedio que creer en los informes que otros le dan acerca del desarrollo de la campaña.

Si hay la sospecha de que algo no está marchando como parece o como debería ser, trate de realizar una investigación independiente. Este podría consistir en encuestas rápidas usando diferentes encuestadores en un área sobre la que se tengan dudas. Si se le dice que el dinero “no es problema”, pero usted sabe que los proveedores y productores no han sido pagados, pida que le muestren los libros de contabilidad. Siempre que alguien me dice que una cosa “no es problema” empiezo inmediatamente a sospechar.

Si se hacen las preguntas suficientes, uno puede estar casi seguro de que el asunto que le interesa está o no está bajo control. Si no lo está, no le queda más que esperar que le quede tiempo suficiente, antes de las elecciones para hacer algo al respecto.

47. Si comete un error, no tema admitirlo y busque otro camino.

Hay pocas campañas perfectas. Inevitablemente se cometen errores. Normalmente, dentro del contexto total de una campaña larga, unos pocos errores no hacen daño, a menos que uno se los componga para seguir cometiéndolos.

[El que trabaja comete errores de buena fe. Es mejor cometer errores de buena fe que hacer nada. Los populares nunca han cometido errores por los pasados 40 años porque no han hecho obras.]

Si “algo no está roto, no hay por qué pegarlo”. Lo opuesto es asimismo cierto: “si algo está roto, péguelo”.

A veces los candidatos, los directores y los consultores prefieren proseguir con sus políticas perjudiciales antes que admitir que estaban equivocados y cambiarlas. Todo el mundo comete errores; solo los más sabios los corrigen.

[Como en el béisbol, cuando la campaña va bien sea corra con precaución, cuando va mal corra arriesgándose.]

42. Investigue a su candidato tan cuidadosamente como lo hace con el opositor.

En casi todas las campañas, una persona o un equipo se dedican a investigar los antecedentes del opositor, con la esperanza de encontrar cosas que puedan ser utilizadas en contra de él.

Es importante que se haga el mismo trabajo pero para investigar a nuestro candidato. Si no lo hacemos nosotros, el opositor lo hará y, si hay alguna cosa que luego vayamos a tener que refutar, yo prefiero saberla cuanto más pronto mejor. Puede ser que nuestros opositores no encuentren nada, pero es más probable que sí encuentren algo. Lo mejor es prepararse.

[A esto se le llama vacunarse, pero hay que hacerlo con tiempo y habilidad. Consiste en anticipar los ataques de la oposición y prepararse para ellos. El mejor ejemplo es cuando los populares atacaban los “detalles” de la tarjeta de salud, las escuelas de la comunidad o las carreteras, se contestaba el ataque diciendo que eran las mil grandes obras de Rosselló, como el electorado sabía que esas obras eran reales, los populares en vez de perjudicar, ayudaban. Sus ataques lo que hacían era recordarle al electorado las grandes obras de Rosselló.]

43 . Los aumentos marginales son importantes y a menudo decisivos.

Se debe trabajar con perseverancia, mejorar en lo marginal durante un cierto período de tiempo.

Muchas elecciones se deciden por márgenes estrechos y si se pueden lograr pequeños progresos en cada grupo de votantes, esto puede significar un posible aumento ulterior.

44. Sepa cuándo utilizar un golpe audaz y cuando no.

Hay ocasiones en que un golpe temerario es necesario para darle un buen cierre a una campaña. Normalmente, se puede darlo cuando:

– Su campaña está andando a la deriva y necesita un chispazo.

– Si uno está dentro de un grupo de varios candidatos y quiere despegarse para adelantar.

– Si uno está abajo y las tácticas convencionales no lo están llevando a ninguna parte.

Sin embargo, por definición, un golpe temerario puede ser peligroso y puede rebotar. En general, yo recomiendo dar golpes temerarios solamente cuando el candidato cree que ninguna otra cosa podría sacarlo del pozo.

Pero si usted va adelante, si las encuestas lo muestran favorecido y seguro, si su estrategia es profunda y está dándole resultados, no tiene necesidad alguna de dar un golpe temerario. Porque si le devuelven el tiro, le podría costar a usted las elecciones.

Saber cuándo utilizar un golpe temerario es tan importante como saber cómo y cuándo darlo.

[En el PNP había una persona que le gustaban los golpes espectaculares y siempre fallaban. Esa persona se fue y ahora se trabaja con estrategias bien pensadas, bien planificadas, bien implementadas, que son efectivas y productivas. Ahora son los populares los que les gusta los golpes espectaculares, impensados, desesperados, que el PNP ya espera y son fáciles de hacer que le reboten en su contra. Por ejemplo, el golpe de La Macarena se le viró en menos de 48 horas, también la metralleta de Celeste en el 1996. Pero así hubo docenas de golpes que se le viraron a los populares, especialmente por los Comunicadores Radiales.]

45. Las cosas pequeñas son con frecuencia importantes.

Cifras como billones y trillones de dólares no tienen sentido para la mayoría de la gente. Para que alcancen a comprenderlas, deben estar relacionadas con su nivel de comprensión.

Por ejemplo, hubo escasas quejas de parte del público norteamericano por el presupuesto militar porque es poca la gente capaz de visualizar tales números. Pero cuando se supo que la Fuerza Aérea pagaba setecientos dólares por un asiento de retrete y ciento veinticinco dólares por un martillo que se puede adquirir por cinco en cualquier almacén, la gente se sintió impactada porque eso es inteligible y se relaciona con su realidad.

Sherman Adams, jefe del equipo del Presidente Eisenhower y respetado ex-gobernador de New Hampshire, dirigió una Casa Blanca eficaz y fue uno de los hombres más poderosos del gobierno. Sin embargo, se vio obligado a renunciar y la credibilidad del gobierno se vino abajo porque él aceptó un abrigo de visón de parte de un financista de Boston, abrigo que por entonces habría costado doscientos dólares.

De modo que cuando esté uno buscando puntos débiles en el opositor, no debe lanzarse necesariamente hacia cosas grandes; las pequeñas pueden ser a veces más importantes para darle la vuelta a una campaña.

46. No deje que su candidato crea que solo porque ha dicho algo todo el mundo lo ha oído.

En primer lugar, para ser candidato no se debe poseer un ego desmesurado. Parte de ese ego suele ser la creencia de que porque usted hizo ciertas declaraciones o dijo un discurso, la totalidad del universo sabe qué dijo usted y cuál es su posición.

Si su candidato dice algo bueno o importante, repítalo y repítalo hasta que llegue a todos. No se debe depender de un discurso o de la cobertura de un noticiero para que difundan mensajes de campaña que tienen importancia; refuerce esa difusión con anuncios pagados.

[Si usted es un jefe, no piense que porque sus compañeros de trabajo sepan la gran obra de gobierno que se está realizando ya todo el electorado la sabe. Debe dedicarle unas 10 horas a la semana a visitar, a reuniones en la isla y a participar en programas de radio y televisión, entrevistas con la prensa, foros y conferencias. No se quede en su oficina o en la Capital: Muévase.]

47. Si su material para los medios de comunicación no sirve, bótelo a la basura sin importarle cuanto le costó.

Hay la tendencia a pesar que si se pagó mucho dinero por un spot de televisión o un folleto, éstos deben ser necesariamente bueno. A menudo así resulta, pero a veces no es así.

Y si alguna vez usted descubre que spot de radio, de televisión o un impreso no está dando resultado o, peor aún, está siendo contraproducente, rechácelo inmediatamente. Se evitará al menos el costo de ponerlo en el aire y, en el caso de que sea realmente malo, seguir pasándolos podría dañar seriamente sus posibilidades de ganar las elecciones.

Sugeriría además que no permita que sea su productor quien decida esto. Son muy pocos los productores dispuestos a admitir que alguno de sus productos pudieran no estar dando buenos resultados; menos aún serán los que digan: “este se ha vuelto un mal spot; liquidémoslo”.

Aclaro que no me refiero aquí a los spots que ya han perdido impacto porque se han pasado demasiadas veces; esto sucede también con materiales buenos que necesitan ser reemplazados por otros nuevos; estoy hablando del material malo que ha sido malo desde el principio y que nunca debió ser expuesto, o del material que luego de ser mostrado algunas veces no funciona.

48. Tenga cuidado de dar soluciones fáciles a problemas complejos: nunca existen tales soluciones.

Si un problema es complejo, es muy posible que su solución también lo sea.

Hay formas de dar explicaciones sencillas de las soluciones que se proponen, pero si alguien aparece con una solución “simple” para problemas como el crimen, las drogas, el desempleo, la inflación, la vivienda u otros problemas complejos, está claro que no ha entendido jamás el asunto y nada significa su solución.

Pienso ahora que es posible dejar un mensaje impactante en treinta segundos, pero no lo es el explicar lo que el candidato haría para resolver un problema como el del crimen, a menos que él, o ella, de una respuesta simplista a la cuestión diciendo algo así como: “Pondría a todos los criminales en la cárcel”.

[En el libro “El Perfecto Idiota Latinoamericano” se describe el porqué latinoamérica es pobre, principalmente porque usan las ideas de los que han fracasado y odian a los que han sido exitosos, echándole la culpa a los Estados Unidos en vez de asumir responsabilidades y ponerse a trabajar, proveyendo un sistema político estable que permita el libre mercado y estimule a sus ciudadanos a producir. Eso cuesta trabajo y sacrificios, pero se puede hacer, como lo han hecho docenas de países siguiendo el modelo de los Estados Unidos.]

49. Mire con reservas las encuestas de Primarias.

Se han logrado grandes progresos en las encuestas políticas en los últimos años, pero hay un área en la que es difícil hacer predicciones: las primarias de los partidos. Esto es cierto para todos los niveles.

Una razón para ello es lo alto abstención en las primarias. Quienes responden a la encuesta pueden favorecer a un candidato o a otro, pero cuando solamente uno de cada tres o cuatro votará realmente, los resultados pueden verse seriamente afectados.

Aún cuando se hacen varias preguntas con dificultades para poder con ellas eliminar a los menos susceptibles de votar, el resultado real de la votación tiene poco que ver con los resultados de las encuestas.

Si su candidato va adelante en las encuestas de primarias, no asuma que necesariamente ganará; y si va muy atrás tampoco se desanime porque en las primarias se ven resultados raros.

50. Refrene a los aficionados a la política.

Un problema persistente para los consultores profesionales son los aficionados apasionados, personas con mucho entusiasmo y poca experiencia, que no tienen conocimientos sistemáticos para ver la campaña en su justa perspectiva.

Estas personas me recuerdan [a los fanáticos del béisbol que cantan las jugadas después que han pasado, o antes dicen los disparates más grandes, porque no piensan, sino sienten.] A nivel de voluntarios, estas personas no son una gran amenaza para la campaña porque carecen de poder de decisión.

Lo que sí es peligroso es cuando ocupan posiciones importantes en la campaña, son grandes contribuyentes, que unen su adhesión con la aceptación de sus sugerencias, y, tal vez lo más grave, están relacionados con el candidato y en posición de influir en su pensamiento.

Como voluntarios o como parte del equipo, si se los dirige y entrena, los amateur pueden ser valiosos. Pero cuidado con dejarlos tomar grandes decisiones: usted vivirá para lamentarlo.

[En política se escucha a todo el mundo, pero sólo se siguen los consejos de los que saben. Alguien puede ser un buen ayudante en lo operativo, o puede ser muy inteligente pero impráctico, por lo que en lo estratégico, se le debe escuchar pero analizar seriamente lo que lo que proponen. Otros saben de mercadeo de productos pero no de política que es mercadear ideas, conceptos y programas de gobierno. Sólo a unos pocos que tengan experiencia, estudiosos, habilidosos en pulsar la opinión y percepción del pueblo, sepan anticipar, tengan un buen sentido de “timing”, intuición política; y sean sobrios, instruidos, objetivos, dedicados, bien intencionados y leales se les debe escuchar y aprobar sus propuestas. Pero aún esos, sus ideas deben ser analizadas con toda la información disponible, porque aún ellos, sin querer o por no tener toda la información pueden cometer errores. Lo mejor es establecer un sistema para la experimentación de los temas, issues y propuestas, informarlos a un grupo sustancial y de recibir un apoyo razonable, usarlos, pensando que ninguna idea es perfecta y que siempre habrá algunos que se opongan por diversas razones, algunas de ellas por celos, intereses y personalismos. Si lo que se percibe es una oposición sustancial, desechar esas ideas rápidamente.]

DESDE LA 51 A LA 100 MEJORES IDEAS DE CAMPAÑA:

51. Esté preparado para producir propaganda de TV, radio o impresa hasta el último día.

Antes era práctica común en una campaña contratar a un productor de televisión para que realizara un paquete de spots o programas completos con anterioridad, que era entregado cuatro o cinco semanas antes de las elecciones.

Ya no es así.

Hoy en día, se debe estar preparado para producir anuncios de televisión, de radio y en periódicos hasta la víspera de las elecciones. Hay que poseer la capacidad de capitalizar los eventos y los cambios de última hora.

Se deben hacer los arreglos con los productores para que se mantengan dispuestos a trabajar hasta el final. Si eso no es posible, entonces, como mínimo, reserve una hora de tiempo de estudio por día para la semana final de la campaña, tiempo que se empleará, si es necesario, en producción instantánea.

[Las “noticias” que no se contestan instantáneamente, dentro de las próximas horas, se hacen historia. Como hay una relación simbiótica entre los periodistas y los izquierdistas-populares, hay que contestarles cada ataque inmediatamente. Para ello cada equipo debe mantener un comité de medios preparando dos o tres Comunicados de Prensa cada semana para comunicar mensajes positivos, restarle espacio y tiempo a la oposición, neutralizar o ganarle en cada detalle. A nivel local y distrital almacenar 20 cajas de papel para hojas sueltas, preparar un estudio de grabaciones para la radio y los altoparlantes, y tener a un grupo de estrategia y de comunicaciones listo las 24 horas.]

52. Tenga siempre una razón para hacer lo que hace.

“¿Por qué no hacemos esto?” Cada día regresamos a la estrategia y planificación. Hágase a usted mismo algunas preguntas cruciales referidas a cada etapa cumplida en una campaña:

“¿Por qué estamos haciendo esto?”
“¿Qué conseguiremos con ello?”
“¿Qué sucedería si no lo hiciéramos?”
“¿Es esta la mejor forma de utilizar nuestro dinero?”

Si usted está trabajando con una buena estrategia, debería tener una buena razón para cada paso que da o para cada etapa que cumple. Si no trabaja con una estrategia, está, de todos modos, en problemas.

53. Asegúrese de tener buenas fotografías del candidato.

Esta debería ser una de las etapas más sencillas de una campaña política. En la realidad, resulta siempre una de las más difíciles. Al comenzar una campaña se deben conseguir nuevas fotos del candidato, en poses variadas, aún en el caso de contar ya con bastantes de ellas. Nunca se tiene suficientes buenas fotografías. A inicios de la campaña un buen fotógrafo debe emplear varias horas o los días necesarios para lograr tener un buen archivo de fotos. Entonces, cuando durante la campaña se necesiten fotos para Comunicados de Prensa, folletos, anuncios, impresos y una docena de otras cosas más, no se verá uno obligado a utilizar malas fotografías o a tomarlas durante un viaje aéreo en los últimos minutos. La manera de lograr buenas fotografías es contratar a un fotógrafo de renombre y especialista en propaganda. Consiga el mejor que sea posible; al fin de cuentas, será un gasto que dará buenos réditos. Es mucha más la gente que verá la foto del candidato que la que lo verá en persona. [Cada líder con acceso a los medios debe hacer esto.]

54. Reconozca sus propias limitaciones.

Somos mejores para unas cosas que para otras. Nadie es perfecto en todos los aspectos de la campaña política.

Hay que saber lo que se hace mejor y no duda en traer a expertos para los otros campos que ellos no dominan.

Sucede a veces que personas con mucho talento para un área, como la producción para televisión, se ponen ellos mismos y ponen a su candidato en verdaderos aprietos al tratar de expandirse hacia otros campos en los cuales son menos efectivos.

Los encuestadores son otro grupo que cae en esta trampa. A menudo creen ser expertos en diseño de estrategias de campaña solo porque han logrado algunos buenos puntos en sus encuestas. Y lo que es aún peor, las campañas mismas, aun a niveles elevados, a menudo cometen el error de confundir a productores, encuestadores y otros especialistas. En una campaña la estrategia de campaña incluía gastos importantes en televisión, las encuestas daban como resultado que el candidato iba a la cabeza, antes de haber comenzado la campaña por televisión. Pero a medida que se lo veía más en televisión, bajaba en las encuestas, el productor empeoró la situación al recomendar aumentar los spots, hasta que al fin perdió málamente. Un estratega experimentado habría recortado o tal vez eliminado la televisión y buscado otros medios de llevar el mensaje. En esa campaña en particular, la respuesta que se dio a las encuestas que mostraban menos y menos popularidad, fue una sobredosis perjudicial de propaganda televisada. A cada uno lo suyo. [Cada cual tiene diferentes habilidades, que se deben usar al máximo, pero cada cual en lo suyo.]

55. Establezca y mantenga un sistema de comunicación inmediata.

En casi toda campaña, hay ocasiones en que uno necesita ver al candidato, al director de campaña, al director de medios, al productor de TV, al encuestador, o a cualquier otra persona clave, y debe hacerlo inmediatamente. Desafortunadamente, esas ocasiones suelen ocurrir a medianoche, un domingo temprano en la mañana o en media de un fin de semana festivo.

Uno de los primeros proyectos en toda campaña debe ser la preparación de un pequeño directorio con los nombres de toda la gente clave y los números telefónicos [beepers, celulares] en los cuales se los podrá encontrar fuera de hora, fines de semana o durante otros momentos inconvenientes. Naturalmente, la distribución de esta lista debe estar limitada a quienes están en posiciones con poder de decisión en la campaña [No menos de tres canales de comunicación]. Durante la campaña [cada día se está en campaña], tres o más personas debe asignársele como “Control de Comunicaciones”, con conocimientos precisos acerca de dónde encontrar a tal persona clave si se la necesita. Si el candidato está de viaje, alguien de su comitiva debería llamar por teléfono a la “Central de Comunicaciones” varias veces al día para reportar qué está pasando con el candidato y para informarse de cómo marchan las oficinas centrales. La clave en esta materia debe ser la rapidez, [la flexibilidad, confiabilidad y tener varias opciones por si una falla, especialmente para prepararse para las movilizaciones relámpago o contestar ataques de la oposición].

56. Que no lo aterroricen los errores. Suceden.

Nunca he estado en una campaña perfecta y dudo que alguien lo haya logrado. Los errores suceden. Normalmente no son graves; ocasionalmente, lo son. Lo importante es no emplear el tiempo en lamentaciones ni ponerse a criticar a quien cometió el error; lo que hay que hacer es decidir cómo afrontarlo. En muchos casos lo mejor es simplemente ignorarlo y olvidarlo. Aquí importan también los sentimientos personales: no debemos arruinar la moral del equipo de campaña, ni humillar o avergonzar a uno de los mejores trabajadores a causa de un error humano. Si es que la misma persona sigue cometiendo la misma clase de errores, eso es otro asunto y hay que librarse de él o de ella. En los deportes el entrenador mantiene la calma cuando un jugador comete cualquier error, saben que les espera una larga temporada y que necesitan a esos jugadores para lograr ganar. Los candidatos y los directores de campaña pueden aprender mucho de esta clase de conducta. [El que trabaja comete errores, es normal, lo que no se debe permitir es que sean de mala fe o por negligencia crasa. Porque es mejor cometer errores haciendo, que por dejar de hacer.]

57. No es necesario que sea amigo de su candidato, pero al menos debe respetarlo.

[No hay que ser amigo del candidato o de los compañeros de lucha, lo que es importante es respetarlos y reconocerle sus funciones y deberes, para que no se afecte la campaña. Lo importante es que las cosas se hagan, no quien las haga. En el PNP se trabaja en grupitos y los celos perjudican a todos. Se debe trabajar como un buen equipo.]

Es posible trabajar para un candidato que a uno realmente no le gusta si uno conserva hacia él o ella una dosis de respeto. Si a uno le disgusta un candidato y tampoco lo respeta, entonces le será difícil cumplir a cabalidad con su trabajo. Si se da cuenta de esto al principio, la solución es simple: no se acepta la campaña. Los problemas aparecen cuando se comienza teniendo una buena relación con el candidato, relación que luego se va deteriorando. Se enfrenta entonces a una terminante decisión: o se queda en la campaña, haciendo todo de la mejor manera posible o se retira.

58. Asegúrese de que su candidato se tome algún descanso.

El ser candidato suele despertar un gran ego y una cierta idea machista, lo que los lleva a veces a creer que deben mantener esa imagen de superhombre y se rehúsan a descansar y tomar vacaciones. Actúan como si consideraran inhumano admitir que están cansados y necesitan reposo. Es un error. Un candidato cansado se muestra poco seguro, propenso al error, inclinado a hablar sin pensar en el impacto que sus palabras puedan causar y ciertamente no luce muy bien. Es importante para un candidato tomarse dos o tres días de reposo hacia el último mes de una campaña difícil. Aún cuando él se resista, insista en que se de un descanso. Un candidato que no está perfectamente en forma es una amenaza para la campaña.

59. Sea cuidadoso en la selección de los técnicos que participan en la campaña.

La industria de servicios de campaña está en auge. Personas y empresas están listas para venderle a uno toda la gama de servicios que pueda imaginar. Pero no todos son igualmente buenos. Algunos son tan malos que podrían resultar contraproducentes en su campaña. Una de las cualidades que un consultor o un director experimentado trae a la campaña es el conocimiento de quiénes son los más competentes en las áreas técnicas: computación, correo directo, producción, campaña telefónica, etc. Al hacer su presentación los técnicos enfatizarán sus éxitos y disimularán o ignorarán sus fallas. Revise sus antecedentes, aprenda qué preguntas debe hacerles, tómese tiempo para llamar a sus referencias. Seleccionar a la persona equivocada para una posición clave puede resultar un error fatal. [Cada persona a cargo de una función o ayudante en la campaña debe ser la mejor disponible, en esto debe regir la razón y no la emoción o el amiguismo.]

60. Demuestre confianza en el éxito pero no sea presumido.

Los latinos tienen un excelente nombre para el exceso de confianza: “triunfalismo”. También son expertos en practicarlo. Personalmente, yo prefiero una posición media en este aspecto expresar demasiada confianza en que se ganará, pero que nos espera una campaña ardua y dura.

Esto resulta en especial acertado en una campaña en la que se espera que se ganará, que se comienza con un alto puntaje en las encuestas y se zambulle en una seguridad peligrosa, dejando de hacer todo lo que es necesario para asegurarse la victoria.

En todo caso, es preferible tenerse menos confianza que tenérsela en demasía. Lo segundo mantendrá a su equipo de campaña trabajando duro. [Romero Barceló dice que “siempre hay que correr asustado”, como si el adversario estuviera pisándonos los talones.]

61. Asegúrese de que su candidato conoce la razón por la cual se presentó a elecciones y pueda responder a la pregunta: ¿Por qué debo votar por usted en lugar de hacerlo por su oponente?

Un ejemplo clásico de esto es el del Senador Edward M. Kennedy titubeando ante la pregunta (1976): ¿Por qué desea usted ser Presidente?” Kennedy titubeó, tartamudeó y pudo haber perdido las elecciones allí mismo y en ese momento.

Realmente es asombroso que muchos candidatos puedan titubear ante la pregunta de por qué están compitiendo por un cargo. Se podría creer que desde el momento en que se presentaron, saben exactamente por qué lo hacen.

No lo den por hecho.- Si el candidato no le contesta a su satisfacción, trabaje con él hasta que pueda darse una respuesta decidida, pulida, sensata, corta, simple y clara. [En Puerto Rico, “el candidato” es todo líder progresista, especialmente aquellos que están expuestos a los medios. Esta y otras contestaciones básicas deben estar a flor de labios en cada líder del PNP, como la de ¿Por qué es Estadista? ¿Por qué es proamericano? ¿Por qué favorece la libre competencia? ¿Por qué favorece la soberanía del ciudadano? Cada líder debe prepararse de antemano, si posible con un grupo de colaboradores, para que sus contestaciones sean inmediatas, naturales y espontáneas.]

En unas elecciones presidenciales de un país latino, fui a cenar a la casa del candidato en mi primera visita allí. Estaban presentes quince o veinte personas de su equipo (demasiados, lo que es en sí mismo una advertencia). Cuando le pregunté por qué la gente debería votar por él en lugar de hacerlo por su opositor un pesado silencio invadió la sala. Finalmente, luego de un par de minutos, la esposa del candidato dio una respuesta elocuente y efectiva. Resultó ganador y ahora es Presidente, a pesar del hecho de que al comienzo no era capaz de decir a los votantes por qué razón deberían respaldarlo a él y no a su opositor.

62. Si el nombre del candidato es difícil, trate de que esto se transforme en ventaja.

Es fácil tener candidatos con apellidos como Kennedy, Carter o Reagan, pero ¿qué tal un nombre como Ed Mezvinsky, Jim Schewer o Frank Licht? Por esos candidatos trabajé y fueron electos. Pero no antes de asegurarnos, mediante esfuerzos especiales, de que los votantes sabían pronunciar sus nombres.

En el caso de Mezvinsky, Tony Schwartz produjo unos clásicos (y frecuentemente copiados) spots para radio y televisión en los que se burlaban del nombre y lo pronunciaban deliberadamente mal. Lo que Tony hizo con estos anuncios fue mostrar que aunque; la gente tuviera dificultades para pronunciar el nombre del candidato, sí sabía en cambio cuáles eran sus propuestas.

En el caso de Licht y Schewer, usamos la rima. “Licht rima con teach” (enseñar) y “Schewer rima con lawyer” (abogado). Tal vez esté equivocado, pero creo que la gente duda en votar por alguien cuyo nombre no puede pronunciar. ¿Cómo podrían decirle a alguien por quién votaron?

[Convierta las desventajas en ventajas. En la práctica del judo, se usa la fuerza del adversario para derrotarle. Hay que convertir los limones en limonada. Si conocemos al adversario popular, que siguen ciegamente estas ideas de Joe Napolitan, podremos anticipar sus movimientos y usar sus ventajas en su contra. Poe ejemplo, los populares son sólo semántica, retórica hueca, emocionalismos, epicúreos, politiqueros con una visión al pasado y solo a lo inmediato, por eso no han podido hacer obras en los pasados 30 años.]

63. Adelántese a lo negativo.

Si hay alguna cosa en el pasado de su candidato que seguramente saldrá a la luz en la campaña, a veces es buena idea exponerla en los comienzos y luego dejar que quede fuera del camino. Solo recomiendo realmente esta estrategia en el caso de que uno esté realmente seguro de que la oposición conoce del asunto y lo usará.

Y, por supuesto, mucho depende también de qué se trate.

He encontrado que los votantes aceptan a un candidato que bebe whisky, tiene un defecto físico o es mujeriego. Pero, excepto en casos raros, rechazan a un candidato que consume drogas, haya sido tratado por desórdenes mentales o sea homosexual. Si el candidato tuvo problemas con la ley cuando era joven, se puede usar esto en sentido positivo (“Se lo que es; yo estuve allí”) antes de que su opositor se lo lance a la cara más adelante en la campaña y haga públicos sus antecedentes. Si hay algo en sus antecedentes que suene peor de lo que es, entonces es mejor explicarlo antes de verse forzado a ponerse luego a la defensiva. [Sabemos y debemos anticipar el que los populares usarán el miedo a las contribuciones federales (aunque promuevan la ilegalidad e irresponsabilidad pública); el perder el español (la identidad latinoamericana), el idioma y la autonomía deportiva. Por lo que hay que acudir a los argumentos racionales temprano en la campaña y luego combatirlos con emoción al final.]

64. No se adelante a mencionar cosas negativas si realmente no tiene que hacerlo.

Ningún candidato es perfecto; todos los que he conocido han hecho o dicho cosas que desearían no haber hecho o dicho. Muchos de ellos son realmente inocentes y no pienso que sea mi misión como consultor la de mostrar sus fallas; eso es asunto del que se ocupan la prensa y sus opositores.

Estoy de acuerdo en que esta afirmación parece contradecir la anterior, acerca de adelantarse a lo negativo, pero no es así en realidad.

Por ejemplo, si su candidato tuvo que hacer esfuerzos para pasar la secundaria y apenas logró graduarse en la universidad, no creo que sea asunto de la campaña el decirle al público que es un tipo encantador pero no demasiado inteligente. No es ésta la clase de evento que la oposición puede manejar con éxito y no hay necesidad de que uno se ponga a hablar de ello. [Cada tema o issue debe analizarse por el mayor número de líderes o colaboradores, porque una campaña se gana o se pierde por dos o tres ideas claves, y esa idea puede surgir de cualquiera de nosotros que la sepa o encuentre la forma de hacer llegar a la dirección de la campaña. Por eso es tan importante el practicar los temas, y mantenerse atentos a los mismos. Como pretende hacer El Aballarde.]

65. No distorsione el curriculum de su candidato; es casi seguro que lo pescaran en el hecho.

En muchos casos, no es el consultor quien distorsiona el récord del candidato porque muchos consultores son demasiado inteligentes como para hacerlo. Lo hace el propio candidato y, muchas veces, es difícil llegar a saber por qué lo hace.

La razón por la cual algunos candidatos persisten en esta actitud es algo que está fuera de mi comprensión. No creo que al votante corriente le interese mucho si el candidato fue a Harvard o a Appalachian State; la mayoría de ellos tampoco fue a Harvard.

[En Puerto Rico, influenciados por Napolitan y por tratar de explicar al ELA, los populares acostumbran a mentir, falsear y engañar al electorado, por eso es tan importante que el PNP diga siempre la verdad, aunque duela, así enfatizaremos la diferencia. Los populares usan la emoción y el PNP la razón, las realidades y la verdad. Los populares trabajan para unos pocos y los del PNP para el bienestar general.]

66. “La información instantánea crea compromiso”.

En sentido político, lo que esto significa es que, cuando más pronto pueda ser enviada la información de algún evento a los votantes, mayor impacto tendrá. Puedo citar cientos de ejemplos de cómo hemos usado esto con efectividad, en muchas campañas, tanto en la prensa como en los medios pagados.

Es importante la producción instantánea de spots de radio o anuncios que pueda capitalizar una noticia importante y relacionar a su candidato favorablemente con la noticia o al opositor en forma desfavorable.

En una campaña sacamos ventaja de la campaña anti-drogas del Presidente Reagan en televisión. Se buscó una grabación existente de nuestro candidato, en la cual él se expresaba con vehemencia acerca de su propia campaña anti-drogas. La narración comenzaba con algo así como: “Hace ya tiempo que otro candidato descubrió los peligros del uso de las drogas e hizo de esta lucha su primera prioridad”. El spot funcionó y lo ayudó a ganar. La información instantánea es una fórmula que trabaja igual de bien o mejor en los medios sin costo. Tratamos de generar una reacción instantánea a los movimientos de la campaña; todo lo que sea noticia y la prensa pueda publicar se debe enviar inmediatamente; de otro modo en uno o dos días sería ya asunto pasado y sin utilidad. [Cada líder debe preparar su propio equipo de comunicaciones instantáneas en su área y ayudar en las demás. En esto es preferible cometer errores que dejar de hacer. Esto le permite al Gobernador unas horas o días para hacer las correcciones pertinentes. Nadie se debe sentir mal si lo corrigen públicamente, peor es quedarse callado y dejar que la oposición maneje el issue. Como partido gobernante debemos tratar de ser los líderes en todo momento. Recordar que nada es casual sino causado.]

67. En toda campaña, se debe crear una unidad de reacción inmediata.

A esto se lo puede denominar de varias maneras. Consiste en la formación de un grupo de gente interesada en los asuntos de cada área de la campaña, gente con sensibilidad política y experiencia que se reúne con regularidad [semanalmente o cada dos o tres días]. Yo prefiero realizar esas reuniones en las primeras horas de la mañana y limitar el grupo a un número máximo de cuatro o cinco miembros. El propósito de ellas es analizar los logros del día anterior, determinar si se necesita responder a algo o realizar ciertas acciones y quién sería la persona que se encargaría de ello.

Algunas veces la mejor respuesta es no responder. Pero cuando se hace necesaria una reacción, es importante tener personas clave, con poder de decisión, que participen en la resolución de los problemas y decidan qué hacer. [Cada equipo de campaña debe tener un grupo de estrategia y comunicaciones, con la mejor coordinación posible con el nivel central. Si cada líder en su área se mantiene atento a los desarrollos técnicos mundiales y los últimos issues en su campo, podrá iniciar los issues y controlarlos. No se le puede dejar a la oposición el que inicie y controle los issues en nuestro campo de acción.]

68. Entérese de lo que hace su opositor.

No se necesita ser un genio de la política para darse cuenta de la importancia de monitorear las actividades del opositor pero es sorprendente ver en qué pocas campañas se hace esto en forma sistemática. [Organizada.]

Se comienza con su récord y, si el opositor ha ejercido cargos públicos o se ha presentado a elecciones para ellos, trate de conocer quiénes son sus asesores y todo lo que pueda acerca de su estilo de trabajo. Todas sus declaraciones públicas deben ser grabadas, registradas, archivadas y clasificadas; todos sus escritos buscados y analizados. Si es posible, trate de tener a alguien que asista a sus conferencias y a sus reuniones públicas.

Cuanto mejor informado se halle usted acerca de la oposición, más fácil le será derrotarla. [Tsun Su dice que es esencial conocer al enemigo, en todo lo que se pueda, para vencerlo antes de la batalla. A los populares lo que hay es que pedirles continuamente el que se definan, que razonen y digan la verdad, con pruebas, hechos y realidades se derrotarán ellos mismos. La gran fuerza del PPD era su indefinición, lo que debemos convertir en su propia destrucción. Es que los populares dicen ser lo que no son, sentir lo que no sienten, porque sus líderes son antiamericanos (90%) y su electorado proamericano (90%), lo que son es politiqueros que usan a sus aliados izquierdistas (ahora reciclados como eco-terroristas) para que le hagan el trabajo sucio. Los dirigentes populares son satánicos, negativos y destructivos]

69. Los enemigos de su enemigo no son necesariamente sus amigos.

Puede resultar cierto en la guerra, en el amor o en la alta sociedad que el enemigo de su enemigo sea su amigo pero no es con seguridad cierto en política.

Podría ser alguna vez cierto, igual que podría no serlo, de modo que usted manténgase a distancia del enemigo de su enemigo.

A menudo estos enemigos son antiguos amigos desilusionados o disgustados o ex-partidarios de él. Pueden incluso tener contra él quejas legítimas. Pero en la mayoría de los casos su aversión es apasionada, obnubila su pensamiento y los impulsa a darle a usted una cantidad de datos sobre hechos que pueden no estar muy cerca de la verdad.

Aconsejo extremada prudencia al tratar con los enemigos de su opositor, especialmente si antes fueron personas cercanas a él. Muchas voces, cuando se investigan bien, uno llega a decidir que es mejor tenerlos como enemigos que como amigos.

Estas observaciones son dirigidas específicamente para ese tipo de personas. Por cierto que hay ocasiones en que un grupo, una asociación o incluso una clase social están disgustados con quien ocupa un cargo o asustados por su posición desafiante y están deseando trabajar duro por su derrota. Esta es otra clase de situación y usualmente estos grupos pueden ponerse del lado suyo.

70. No tiene que oponerse a cada cosa o declaración que hacen sus opositores.

He visto presidentes en el ejercicio de su cargo y gobernadores que no llevan adelante un buen programa, solamente porque fue sugerido por la oposición. También he visto candidatos que se sienten obligados a atacar cada declaración, cada posición tomada por sus opositores. Esto no tiene sentido; aún la oposición puede estar en lo cierto, al igual que un reloj parado que marca la hora exacta dos veces al día. Si critica cada cosa que ocurre usted diluye la fuerza de sus expresiones. Prefiera reducir la frecuencia de los ataques o de los contra-ataques para lograr que realmente sus ataques, cuando los use, tengan peso. [Los populares usaban las buenas ideas de la oposición y las hacían suyas, en esto también el PNP ha aprendido y debe seguir haciéndolo, porque el PNP es el partido que siempre trabaja por el bienestar general del Pueblo.]

A veces el criticar cada movimiento de la oposición es una táctica deliberada. En [Puerto Rico] el partido de oposición parece haber adoptado- la estrategia de criticar cada acto del gobierno. Una vez que pasa la novedad, creo que tal estrategia puede ser contraproducente y que en realidad ayuda a la Administración. [Un elector popular nos dijo que se las pasa defendiendo a Rosselló porque una cosa es los ataques infundados y continuos de los dirigentes populares y otra la realidad. Atacar la Tarjeta de Salud, las Escuelas de la Comunidad, el Super Acueducto o la Carretera Número Diez, es en contra de los intereses de la ciudadanía que experimenta las grandes obras que está realizando Rosselló.]

[Los dirigentes obreros, en su mayoría izquierdistas aliados a los dirigentes populares, atacan con frases tan sensacionalistas que han ido perdiendo credibilidad, como que “Rosselló eliminará la educación pública”, “Asesino de Árboles”, “El Robo del Siglo”, esto le ha pasado también a algunos periodistas y a un periódico que se convirtió en otro Claridad.]

71. Infórmese acerca de dónde reside el poder real.

A veces, quienes tienen el poder real están fuera del comité de campaña y la capacidad de decisión se encuentra en otra parte. Puede hallarse en los empleados de la campaña, en la esposa del candidato, en su amigo, en un consejero de confianza, un colega o un asociado.

Esto es cierto tanto para candidatos como para quienes ocupan cargos oficiales.

El consultor inteligente debe calladamente husmear en dónde se halla realmente el poder, sea de una campaña o del gobierno, y entonces determinar cómo puede él utilizar ese poder en la campaña o en el programa de trabajo. Esto ahorra además muchos esfuerzos al tratar de convencer a gente que no tiene en realidad la autoridad para tomar decisiones. No todos quienes detentan el poder real son mala influencia; a menudo ejercen su poder con cautela, de un modo conservador o con efectividad. En todo caso, saber quién tiene el poder en sus manos es algo que le será de gran ayuda. [El tener una posición da autoridad no significa necesariamente que ejerce el liderato, a veces una persona sin posición ejerce más liderato que aquellos que tienen los títulos. Los que tienen los títulos no deben evitar o limitar a los que trabajan, porque si promueven su trabajo les beneficia a la larga. Para el que tenga el título, lo más importante es que las cosas que se deben hacer se hagan, y no al contrario.]

72. La información es poder; úsela sabiamente.

Como en la guerra, la inteligencia es un punto básico, especialmente si usted la demuestra antes que otros. [Pedro Rosselló nos es un político profesional, pero lo compensa con ser un gran estratega, sabe anticipar, tiene una gran habilidad para hacer las cosas en el momento preciso (“timing”), sabe seleccionar a sus colaboradores y tiene un compromiso total con el bienestar general de Puerto Rico. Tan valiente es defendiendo a Puerto Rico que se ha enfrentado a una persona que usa su periódico para beneficios económicos personales con periodistas en su mayoría negativos y destructivistas, a dirigentes obreros que solo defienden sus posiciones y hasta los grandes intereses de la 936, porque para Pedro Rosselló Puerto Rico es primero, no en palabras, sino en la acción y en sus grandes obras.]

Poseer la información es una cosa; usarla con efectividad es otra. Es por eso que me aterro cuando veo a un candidato gastar veinticinco o treinta mil dólares o más en una encuesta y luego anunciar inmediatamente sus resultados. Conocer cuál es la situación mientras el opositor está a oscuras puede ser una gran ventaja.

Cualquier forma de inteligencia política puede ser útil. Pero los datos escuetos de una medición necesitan ser analizados y usados discretamente.

[Tsun Su dice que las estrategias deben ser secretas, que el adversario no sepa lo que se hará, cuando se vaya a atacar hacer ver que se estará quieto, cuando se estará quieto que piensen que atacará.]

73. Analice sus derrotas.

Pienso que se aprende mucho más en las campañas que se pierden que en las que se ganan. Primeramente, porque los candidatos (y los consultores) pocas veces gastan su tiempo en analizar por qué ganaron. No se molestan haciendo investigaciones posteriores a las elecciones ni cosa similar.

Cuando se pierde se está más dispuesto a examinar todas las decisiones tomadas en la campaña y las razones por las cuales se las tomó; a re-evaluar sus estrategias y a resolver en dónde estuvieron los errores; a encuestar a los votantes después de las elecciones y ver qué se puede aprender sobre la forma en que ellos votaron.

Por supuesto, si pierde siempre, todos los análisis del mundo no podrán ayudarle; es hora de que vaya buscando otra profesión.

[Hay que analizar el por qué el PNP perdió San Juan, Carolina, Ponce y Caguas que son progresistas; o por qué Guayama y Mayaguez se mantienen como populares. Cada sector que se haya perdido debe analizarse y preparase un plan escrito para ganarlo en El Plebiscito y las elecciones del 2,000. Cada sector que se ganó para aumentar en votos. No se debe hacer una reorganización con planchas, sino luego de celebrar dos o tres actividades en cada sector. Los populares eligen a cualquiera para Alcalde, los progresistas exigimos a candidatos casi perfectos. Los candidatos no deben ser carreristas “políticos” porque se ha demostrado que no son elegibles por los progresistas. Hay que confrontar las realidades, duelale a quien le duela, porque el Ideal, el Partido y Puerto Rico está por encima de las aspiraciones personales.]

74. Saber cómo piensa votar una persona es más importante que preguntarle quién cree que será el ganador.

Esta es una cuestión que me cuesta mucho lograr que acepten los candidatos y consultores sin experiencia. Ni siquiera comprendo por qué los encuestadores hacen la pregunta acerca de quién cree el entrevistado que va a ganar, porque los resultados de ello pueden ser equivocados y darle al candidato una falsa sensación de sobre-confianza.

Yo preferiría siempre que una persona me diga que piensa votar por mi candidato pero cree que el opositor ganará, en vez de que me diga que planea votar por mi opositor pero cree que mi candidato ganará. Por alguna razón, los latinos parecen tener una afinidad especial con preguntar cosas como: “Sin importar por quién va usted a votar. ¿quién cree que ganará?”.

Para ser honesto, nunca he podido convencerlos de que la pregunta carece de valor y es peligrosa. Y nunca han podido demostrarme por qué esta pregunta podría serles útil en una campaña.

[La realidad es que el 90% de los electores populares son pro-americanos, que saben que Puerto Rico es cinco veces menos desarrollado que los Estados, que tiene más desempleo, el costo de la vida es 40 a 60% mayor, que los sueldos son menores, que en los Estados hay mayores comercios, industrias y ayudas a los necesitados; que la Estadidad es “Seguridad y Progreso”, libertad individual, estabilidad política y económica; que la cultura y el idioma es del pueblo y que si no la hemos perdido siendo colonia no la perderemos siendo soberanos, porque la única soberanía real es la del ciudadano; pero esos mensajes racionales hay que comunicarlos ahora, antes de la lucha pasional de los últimos dos meses de la campaña Plebiscitaria.]

75. Aprenda a contar.

La mayoría de la gente aprende a hacerlo en segundo o tercer grado de la escuela y más tarde, cuando son lo bastante viejos como para involucrarse en campañas políticas, parecen olvidar cómo se cuenta. La habilidad para contar es particularmente importante cuando uno tiene que tratar con delegados en una convención. Para que tengan un valor real, sus apreciaciones sobre su propia fuerza deben basarse en cuentas rigurosas. Si no hay rigurosidad en esto, usted se está engañando a sí mismo y a su candidato.

He estado en campañas en las que he cuestionado las cuentas del delegado y le he preguntado cómo obtuvo ese resultado. A menudo la cuenta era hecho por gente de las oficinas de campaña que, identificándose a sí mismos como representantes del candidato, llamaban a los delegados para preguntarles si apoyarían a su candidato.

Invariablemente, cuando me enfrento con esta clase de resultados, sugiero que llamen de nuevo y se identifiquen esta vez como partidarios del otro candidato y que luego analicen y comparen las dos cuentas. Obviamente. Los resultados de tal operación no compaginan.

[En política hay que sumar, siempre sumar. No se pueden hacer obras sin que se afecten algunos, pero hay que saber sacarle provecho a esas obras. Antes el PNP no sabía como convertir sus grandes obras en votos. Esto hay que hacerlo todos los días. Motivar a que el ciudadano defienda las grandes obras que el PNP ha realizado sacrificando los intereses de los pocos pero que a veces son muy bien organizados y vociferantes. Explicarle a la mayoría silenciosa que a quien se le quita algo reacciona en forma agresiva, a quien se le concede algo reacciona en forma tímida. Recordar que la mejor campaña es la personal, en reuniones, actividades y visitas continuas. Esto es obligación de cada líder y colaborador del PNP.]

76. Solo porque es diferente, no quiere decir que sea mejor.

En algunas campañas, de un modo compulsivo, se trata de hacer cosas “diferentes”. Esto es saludable, siempre que lo “diferente” resulte más exitoso que lo anterior. Pero a menudo no lo es. En mi opinión hacer cambios sin fundamento no es más que pérdida de tiempo y, a veces, también pérdida de dinero. Si lo que hace resulta bueno, apéguese a ello. Si en otras campañas usó ciertas técnicas y los resultados fueron buenos, sígala usando hasta que dejen de servir. Si debe necesariamente hacer cambios, asegúrese de que esos cambios serán para mejorar.

[La campaña es algo sencillo, no la complique. El mensaje en cada detalle y acción es que somos los buenos y los dirigentes populares son los malos. El PNP es el partido de las grandes obras, que siempre trabaja por el bienestar general y los populares los negativos, destructivos que no han realizado obras por los pasados 30 años. No complique lo que es sencillo. Mantenga el curso y la dirección hacia lo importante, atendiendo las pequeñeces diarias pasajeras, pero siempre dirigiendo todos los recursos y esfuerzos hacia la consecución de los objetivos fundamentales.]

77. No se engañe a usted mismo ni a su candidato.

Puede estar bien tratar de engañar a la oposición e incluso a los votantes. [En eso los dirigentes populares son expertos, porque siguen ciegamente los principios de Napolitan) Pero nunca lo haga consigo mismo o con sus candidatos; es un camino sin regreso hacia el desastre.

Muchos candidatos esperan para aplicar una encuesta que ocurra algún suceso que les de popularidad, de manera que los resultados les sean más favorables. Yo prefiero hacer una encuesta cuando el candidato está en lo más bajo de su popularidad para lograr así una medición verdadera de la opinión pública.

Un congresista que había estado 32 años en el cargo objetó todas las preguntas concernientes a su edad; le preocupaba que recordaran cuán viejo era. Esto es ridículo y demuestra la falta de conocimiento que muchos tienen acerca de las encuestas.

La vieja historia del vaso medio lleno o medio vacío. Siempre que hago un reporte acerca de los resultados de una encuesta para un candidato, deliberadamente me pongo en una posición conservadora. Uno puede presentar ante el público el rostro de la confianza, pero no tiene sentido engañarnos a nosotros mismos.

Los candidatos desean oír un análisis positivo y optimista e ignorar la interpretación pesimista. Lo mejor es que sepan la verdad.

[No todos, pero algunos deben tener la libertad de ser los mensajeros de las malas noticias. Porque la vida es problemas, y el líder es que aquel que sabe escuchar, entender, analizar y solucionar problemas. En eso Pedro Rosselló es magistral, se mantiene visitando a su pueblo, pulsando su sentir, saca su fuerza y sus ideas del pueblo. Cuando los dirigentes populares atacaban inmisericordemente la Carretera Número 10, viajó en helicóptero y vio que había cien automóviles más en la nueva carretera que en la vieja. Así supo que el pueblo había escogido la nueva. Es un científico realista, por eso cuando algunos piensan que su decisiones puedan ser equivocadas, como la de ignorar la campaña vitriólica y abusadora de El Nuevo Día defendiendo sus propios intereses económicos, a la larga su claridad de propósitos triunfa.]

78. Es de gran ayuda partir de una base sólida.

No es esencial el tener una base de poder en una campaña política pero es cierto que ayuda el tenerla. La base puede ser geográfica (el estado en que vive el candidato, su ciudad o condado), o demográfica (negros, hispanos, mujeres, ancianos, liberales, conservadores, cualquier cosa).

Si se comienza con una base de poder ya se tiene algo sobre lo cual construir.

Si no la tiene, su primer paso debe ser crear alguna clase de poder y esto es mejor que otras cosas que pudiera hacer. Cualquier candidato que comience sobre una base de poder bien cimentada tiene una ventaja.

[La base de poder del PNP es su ideal de Estadidad y sus grandes obras, porque la verdad es que todo lo positivo, edificante y constructivo que se ha hecho en Puerto Rico en los pasados 30 años lo ha hecho el PNP.]

79. No subestime la importancia del simbolismo visual.

De algunos candidatos se dice que tienen “presencia” o “carisma”. Esto se debe a menudo a la forma cómo el candidato aparece ante los demás, cómo se vista o a cómo actúa.

Un candidato debe vestir y lucir bien, actuar siempre en forma correcta. [No es que vista en forma presumptuosa. Pedro Rosselló usa ropa sencilla que todos desearían usar, usa un Casio como reloj, y eso todos lo comentan.] Siempre he sospechado que, si un candidato aparece desaliñado en sus vestimentas y hábitos, también puede resultar descuidado en otras áreas, como al invertir mi dinero de impuestos.

A veces no es asunto de sobrevalorar la forma en que se vista el candidato, su estilo o el uso de símbolos, sino más bien de no darles tanto valor, como sucedió con un candidato de un estado sureño para el que trabajé, que conducía un Rolls Royce. Le sugerí que si quería ser electo, debería conducir un Chervrolet o un Ford, como la mayoría de sus electores.

[A los populares, españófilos y latinoamericanos, le gustan los autos a prueba de balas y con muchos guardaespaldas, lo que molesta mucho a los progresistas que preferimos la austeridad, eficiencia y sencillés americana.]

80. Si no tiene que usar la campaña negativa, no lo haga; si tiene que hacerla, que sea para hacer daño.

Como muchos consultores, creo que hay demasiadas campañas negativos en estos tiempos; y las razones son fáciles de entender: es más fácil conseguir que la gente vote contra alguien a que lo haga a favor de alguien.

Sin embargo, aunque suene un poco anticuado, creo que cada candidato tiene la obligación de decirle al pueblo lo que haría si resultara electo. Qué soluciones tiene para sus problemas.

Siempre nos preparamos para una campaña negativa; la mayoría de las veces necesitamos usarla, a veces no. Yo preferiría no usar la campaña negativa si no lo tengo que hacer, pero también es cierto que prefiero ganar con campaña negativa antes que perder sin ella. [Los populares siempre usan campañas negativas, es lo único que saben hacer bien.]

Cuando en verdad se vea obligado a usar campaña negativa, haga que ella manche. Si lo va a hacer, hágalo bien. No solamente golpee con los nudillos, déle un buen golpe en la cabeza.

No soy partidario del ya anticuado concepto de no mencionar nunca al opositor por su nombre. Si uno va a llamar a alguno “hijo de perra”, que no quede duda alguna en las mentes de los votantes, acerca de a quién se refería usted.

También creo que los ataques negativos deberían limitarse al récord u hoja de vida de una persona y a sus costumbres personales, pero nunca a su familia.

El récord de un candidato debería ser objeto de un cuidadoso estudio y atacarlo sobre seguro; el hecho de que su hijo haya sido arrestado bajo cargo de uso de drogas o su mujer por cuestiones de alcoholismo es algo que en mi opinión, pertenece al área de los problemas privados familiares y no puede ser objeto de discusión en una campaña.

[En 1940 los populares ganaron acusando de corrupción porque dos estudiantes de Mayaguez aparecían trabajando en la Legislatura. En 1972 acusando a Ferré de ser un hombre rodeado de gente mala (solo dos de 20,000 en el gobierno no actuaron bien). En 1980 atacaron a Romero Barceló fabricándole y acusándolo injustamente por el caso del Cerro Maravilla. En 1984 culpándolo de la muerte accidental de Adolfina Villanueva. En 1996 trataron de hacer la corrupción el issue de la campaña. En El Plebiscito y en el 2,000 volverán a hacerlo, es lo único que saben hacer porque los dirigentes populares practican y se inventaron la corrupción, por eso saben tanto de corrupción. Si lo sabemos, es fácil prever, evitemos que los ataques los puedan substanciar, porque de seguro es anticipable esos ataques, aunque sean infundados y fabricados.]

81. Domine a los medios de comunicación más importantes.

Vi un libro sobre cómo organizar campañas políticas, tanto locales como nacionales. Cuando leí la referencia que concernía a mi persona, me encontré con algo como:

“Muchos dirigentes de campañas se guían por las opiniones del veterano consultor político Joe Napolitan, para dominar el medio más importante”.

No recuerdo ahora cuándo dije eso, pero tiene mucho sentido.

El medio dominante varía. En muchas campañas es la televisión.

Pero en algunas puede ser la publicidad en los periódicos o en radio. En una competencia para la nominación en primarias, en un abrumador congreso Demócrata de distrito en New York, tuvo que ser el correo directo.

Cualquiera que sea, concentre sus recursos en asegurarse que domina el medio y que hay posibilidades de trabajar bien en la campaña.

[En Puerto Rico la mayoría de los periodistas siempre han estado en contra del PNP, porque muchos son izquierdistas antiamericanos. El medio dominante es la radio, excepto WKAQ que son enemigos acérrimos, especialmente Ojeda. El Nuevo Día se ha convertido en otro Claridad. Pero si se le aclara y explica esto al electorado, pasará como con Benny Frankie Cerezo que en vez de perjudicar ayudó de carambola en la campaña de 1996. Es necesario darle la vuelta y multiplicar las reuniones y actividades; intensificar el uso de hojas sueltas y periodiquitos; aumentar a los comunicadores radiales y columnistas; multiplicar los Comunicados y Conferencias de Prensa, y el Internet, para llegar a influenciar en el diálogo cotidiano, que es donde se logra la preferencia electoral. Una buena idea es el que cada líder separe una tarde a la semana para visitar los pueblos del interior de la isla participando en actividades, incluyendo reuniones con periodistas radiales y de los periódicos regionales, también el que los directores y líderes regionales comparezcan a los medios informativos, para comunicar mensajes positivos de la obra de gobierno y ocupándole tiempo y espacio que de otra forma usaría la oposición. Cada cual haciendo su aportación en esto, si la mayoría lo hace tendrá un gran impacto.]

82. Sea persistente, pero sepa cuando retirarse.

Hay una diferencia entre la persistencia y la estúpida obstinación.

Si usted cree que algo es importante, no acepte una rápida negativa del candidato, del director o de quienquiera con quien usted estuviera trabajando. Presente su idea bajo una forma diferente, amplíela, responda a las preguntas y a los argumentos que se esgrimen contra ella.

Pero si parece no haber posibilidad alguna de que acepten su idea, retírela. También es posible que la idea no sea realmente tan buena como usted pensaba o que el candidato tiene alguna razón personal para rehusarse a aceptar su sugerencia, que él no desea discutirla ni con usted ni con nadie.

Un asistente del presidente de un país en el que trabajé una vez, me dijo que él podría sugerirle por tres veces alguna cosa a su jefe; si la tercera vez era rechazada él debía olvidarla, hacerla a un lado, porque de otro modo conocería la rudeza presidencial.

[La única estrategia infalible es el trabajo arduo y coordinado. Nadie puede trabajar solo. Cada cual necesita del mayor número de colaboradores que sea posible para que sus iniciativas sean exitosas. La idea de los Panfletos para El Plebiscito era buena, pero si pocos ayudan a distribuirlos, si se quedan miles sin distribuir, no se podrá continuar. La pena es que quienes no ayudan tampoco producen algo equivalente. Todos debemos ayudarnos unos a otros, así es la única forma de trabajar en un buen equipo.]

83. Viva, para poder luchar otro día.

Los candidatos y sus “seguidores apasionados”, a menudo están deseando quemar sus puentes tras ellos en una campaña y hacen cosas que podrían darles réditos a corto plazo pero que en el largo plazo les pueden traer malas consecuencias.

Un Consultor tendría que actuar de un modo más racional. Vive de su reputación y, gane o pierda, debe salir de cada campaña con su reputación intacta.

Algunos consultores no le prestan atención alguna a este consejo, pero aquellos a quienes considero los mejores en este campo sí lo hacen.

También es sabido que muchos candidatos no ganan en la primera vez y que, a veces, son elegidos después de dos o tres veces.

(Creo que Abraham Lincoln se presentó para el cargo once veces antes de ganar). Pienso que yo soy tan competitivo y agresivo como cualquier otro en este negocio, pero hay líneas que no cruzo, porque sé que nos volvemos a ver otro día, en otro año y en otra campaña.

[Los populares no siguen este consejo de Napolitan. Por 47 años estuvieron mintiéndole intencionalmente al electorado sobre el ELA y ahora la historia los ha acorralado. No pueden desligarse de sus fantasías. Nunca pensaron que la verdad es lo único perdurable.]

84. Cuando uno llega a creer que lo sabe todo, es que en realidad no sabe del tema.

Cuando tenía treinta y cinco años pensaba que conocía todo lo que había que conocer acerca de hacer campañas y qué era necesario hacer para conseguir que la gente votara por un candidato. Ahora, veinte años más tarde, estoy empezando a darme cuenta de que se sabe muy poco realmente acerca de qué es lo que motiva a los votantes a poner una “X” junto al nombre de un candidato o de otro, y que, en aquellos dorados años que se fueron, yo no era más que un niño perdido en los bosques.

Alguien dijo sobre un consultor que había ganado muchas elecciones: “es bueno, pero será mucho mejor cuando haya perdido un par de elecciones”.

Hay mucha sabiduría y experiencia en tal respuesta.

[En la campaña tan importante es el entusiasmo del joven como la experiencia del viejo. Cada cual es importante y tiene mucho que aportar. Por eso es vital saber posicionar a cada cual en lo que mejor pueda hacer.]

85. Si sabe que alguien ha dicho algo sucio acerca de usted, ni reaccione siquiera.

Es inevitable, en ésta o en cualquier otra profesión, que en algún momento alguien venga a contarle que uno de sus colegas o competidores ha dicho algo sucio de usted.

No reaccione exageradamente.

Primeramente, aquella persona podría muy bien no haber hecho nunca tal declaración o pueden haberle transmitido una versión fuera de contexto o tergiversada. O puede haber sido hecha en medio del calor de una campaña cuando habla enojo, en broma o incluso podría ser que la persona que dijo eso se hubiera arrepentido y lo lamentara.

Y creo además que todos hemos dicho cosas sobre otras personas, en este negocio; cosas que no debimos decir, que no eran justas, o que dijimos en un momento de disgusto.

No se puede tener la piel delicada y sobrevivir largo tiempo en la consultoría política.

Por otra parte, si uno cree que realmente aquella declaración fue hecha, que fue con malicia y que ella lo ha herido, entonces uno puede aún seguir el viejo consejo político: no te enloquezcas, manténte sereno. [Don’t get mad, get even”, pues mañana es otro día.]

86. Las campañas deben ser alegres.

Hacer campañas es un trabajo intenso, lleno de presiones y de tensión. Pero también puede ser divertido. Si una campaña no tiene sus momentos de alegría y de risa, de locura pura, entonces se vuelve aburrida y deprimente.

No hay nada más debilitante que una campaña melancólica y un candidato sin humor. He trabajado un par de veces en estas condiciones y no quiero volver a repetirlo. [Si algo tienen las campañas de Pedro Rosselló es humor, alegría, innovación y oportunidades para aportar y ayudar. Da pena que algunos de los que se creen que son los únicos que lograron los triunfos asuman a veces posiciones de limitar a los que verdaderamente trabajan.]

87. Aprenda a tener paciencia.

[Napolitan se queja de la informalidad, de lo que aquí llamamos la “Hora Puertorriqueña”. La campaña es un asunto serio, donde se requiere el que cada cual aporte el máximo. Hay que evitar el que se destruya la iniciativa de los que quieren ayudar. Los celos son el mayor peligro en el PNP. Lo importante es las cosas se hagan sin importar quién las haga. Evitar las claques que evitan que se hagan seminarios, reuniones y actividades, pero a su vez no los hacen. Hay quienes trabajan y quienes se las pasan evitando a otros que trabajen. Hay que tener paciencia, pero cuando algo ande mal, lleve el mensaje a la persona y en la forma adecuada. Porque quedándose en su oficina, esperando por los que prometen y nunca hacen, o trabajando solo, no se podrán hacer las mil cosas necesarias para ganar El Plebiscito y las elecciones del 2,000.]

88. No asuma que ha conseguido la oportunidad hasta que pueda ayudar.

[Napolitan habla sobre los honorarios del consultor político. Pero como estos comentarios están dirigidos a los líderes voluntarios en la realidad política de Puerto Rico, su idea aplicada es que el voluntario no debe comenzar a realizar una labor (proyecto o iniciativa) a menos que los sub-alternos se lo permitan. Si el Jefe lo aprueba y autoriza, pero si uno sub-alterno (s) no le gusta y lo sabotea, por inseguridad o dejadez, fracasa el proyecto. Eso parece ser el resultado de los Panfletos PA’L 98 que muy pocos han colaborado en su distribución La pena es que más nadie hace algo parecido que es tan vital hacer para El Plebiscito y las elecciones del 2,000.]

89. Si su candidato gana, creerá que fue por su encanto, su atractivo y su poder de persuasión; si pierde, el culpable es usted.

Después de haber conducido una campaña que muchos observadores políticos califican como triunfo sensacional y reconociendo todo lo que pasé en ella, alcancé a oír al candidato diciéndole a un reportero que en realidad no tuvo director de campaña, que se manejó solo. No dije nada, pero más tarde pensé en mi antigua regla de no expresarme, mantenerme tranquilo y duplicar mis honorarios.

Pocos candidatos admitirán que tal vez perdieron porque los votantes no se interesaron por ellos ni por sus programas o porque les agradaban más otros candidatos. Alguien expresó esto de este modo:

“Los candidatos creen que son los autores de todo lo bueno que sucede en la campaña y creen que es por ellos que eso sucede, pero se rehúsan a aceptar la responsabilidad por nada de lo que salga mal y ni siquiera admiten que pueden tener alguna culpa”.

[El líder debe estar consciente de que nada en política se logra sin colaboradores, especialmente los voluntarios. El día de las elecciones se requieren cien mil voluntarios motivados y sacrificándose para que lleven a votar hasta en silla de ruedas a un millón. Tan pronto termina una elección comienza la campaña para la próxima elección. Por eso es tan importante reconocer a los que trabajaron y siguen trabajando. Uno de los grupos más importantes en el PNP son los comunicadores radiales, los infanteros que atacan y contraatacan a la oposición cada día, pero como son voluntarios anónimos, algunos se olvidan de ellos al momento de darles una palmada en el hombro, que es a lo único que necesitan y aspiran.]

90. Sea tolerante.

Ya he hablado acerca de no aterrorizarse cuando ocurre un error, pero hay otros asuntos en los cuales el consultor aprende a ser tolerante: con el candidato, con la gente que participa en la organización de la campaña con quienes trabajan con uno. Los consultores con experiencia saben que cuando uno se involucra en una nueva campaña, se siente a veces como si estuviera volviendo a inventar la rueda.

Cuando se trabaja en una cultura diferente, en un entorno diferente, con gente menos experimentada, uno se hace propenso a la exasperación. Esto de ninguna manera podrá ser bueno ni para usted ni para la campaña.

[Nadie es perfecto, somos humanos. Tenemos que aprender a soportar algunas cosas que nos molestan de nuestros compañeros. Especialmente soportar las críticas sobre los que trabajan, tienen iniciativa y creatividad por aquellos que no la tienen. A esos hay que defenderlos. Los que los critican quizás sean buenos siguiendo y cumpliendo órdenes, pero cada cual en su lugar y función.]

91. Fortalezca la credibilidad de su candidato antes de lanzarse a una campaña negativa.

Nadie ha hecho jamás esto con mayor efectividad que Ronald Reagan en su campaña de 1980 contra el Presidente Jimmy Carter. Hoy en día, lo que todo el mundo recuerda de esa campaña es que fue un gran triunfo de Reagan, pero no que no comenzó así. Entrando ya en la campaña, los votantes tenían serias dudas acerca de la filosofía política de Reagan y de su poder para llevar a los Estados Unidos a la paz y prosperidad.

Sabiamente, Reagan usó los primeros meses de su campaña para disipar esas dudas y establecer su propia credibilidad. Hasta que sus asesores de campaña no estuvieron convencidos de que la credibilidad de Reagan estaba establecida, no se lanzaron a una devastadora campaña negativa contra Carter.

No tengo ninguna duda de que si hubieran lanzado esta campaña negativa antes, no habría tenido la efectividad que tuvo. Hoy en día existe una tendencia entre candidatos cuyas posiciones no son conocidas, cuya propia credibilidad no ha sido establecida, a lanzarse al ataque.

Mi mejor consejo en esta área es concentrarse en lo positivo y establecer la credibilidad de su propio candidato antes de comenzar ninguna clase de ataque contra el opositor.

[A esto también se le llama inmunizar la campaña. Si hay algo que pueda ser negativo en la campaña, anticipar y vacunarse. Franklyn Delano Roosevelt era paralítico desde hacía 11 años, sabía que le atacarían como inválido, por lo que presentó tantas propuestas novedosas que sus opositores llegaron a atacarlo como que caminaba demasiado rápido. A Pedro Rosselló lo atacan como “dictador”, pero en sus visitas lo que el electorado percibe es que es un servidor del pueblo y al escuchar los ataques de la oposición le fortalecen como el Mejor Líder que ha tenido Puerto Rico en toda nuestra historia. A Pedro Rosselló, como a las grandes cosas, mientras más lo atacan, más lo fortalecen.]

92. La madurez viene con la edad.

En muchos aspectos pienso que pude haber sido un mejor consultor hace quince o veinte años, comparándome con lo que soy hoy. En aquellos tiempos yo acostumbraba argumentar y luchar con mis candidatos y sus equipos, golpeando el escritorio, gritando o enojándome.

Ahora soy más reposado, paciente, tolerante y, espero, más maduro. También he llegado a darme cuenta de que mi función es aconsejar al candidato, no aporrearlo para que acepte mis ideas. Lo que he perdido de batallador, creo haberlo ganado en madurez y no conozco una manera adecuada para apresurar aquel período de gestación.

[El conocimiento, la técnica, se aprende, se desarrolla, pero la sabiduría solo lo da la experiencia. Tan importante es la entrega del joven como la experiencia del viejo, bien utilizadas en la campaña.]

93. No confunda educación con inteligencia.

Hay mucho que decir acerca de bajos instintos y cultura en campañas políticas, no son siempre los más educados quienes demuestran mayor inteligencia política.

En casi todos los lugares en que he trabajado – y he tenido el privilegio de hacerlo en más de veinte países en cinco continentes invariablemente me he encontrado con personas de escasos créditos educacionales y elevada inteligencia. Lo mismo resulta cierto para los votantes. Muy pronto, al comienzo mi carrera aprendí que no se debe jamás subestimar la inteligencia de los votantes ni sobreestimar la cantidad de información que está a su alcance. Proveerlos de información es la responsabilidad de la campaña; su inteligencia partirá desde allí.

[Conocemos de muchas personas muy educadas e inteligentes que no saben aplicar sus conocimientos a lograr resultados concretos. El que tiene muchos conocimientos e información, tiene tantas opciones que varía mucho de opinión y no es constante o perseverante en algo específico. Por eso no logra realizar los objetivos, terminar el proyecto o labor, porque se pierde o se entretiene en la mitad del camino. Muchos con doctorados no saben realizar cosas sencillas, por lo que se tienen que dedicar a enseñar. En política el más que sabe es el pueblo. Es preferible la opinión de un comunicador radial a la de un encopetado con tres doctorados cuando se trata de analizar el sentir del pueblo. La mejor encuesta es hablar con la gente.]

94. No corra riesgos innecesarios.

[Napolitan recomienda no ir a países inestables y peligrosos. Pero su idea aplicada es que si la campaña va bien evite los riesgos innecesarios, si va mal sea atrevido. En béisbol, cuando se está ganando se es conservador, cuando se está perdiendo se es arriesgado. Los dirigentes populares en los pasados 30 años le temen a todo, no saben lo que quieren, no tienen ideales ni objetivos a largo plazo, son indecisos, indefinidos, titubean siempre porque sus dirigentes son antiamericanos y su electorado proamericano; son politiqueros, sólo ayudan a unos pocos, por eso no han hecho obras. El PNP sabe lo que quiere y es decidido en lograrlo. Muñoz Marín decía que había una ley natural social de gravedad, que forzaba la inmovilidad en el status, ese paralelo 51 lo rompió el PNP en el 1996, y si se aplica el concepto, ahora domina la movilidad hacia el progreso que solo es posible con la Estadidad.]

95. No le tenga demasiada compasión al candidato.

No muchos candidatos son destacados. La mayoría de ellos son candidatos porque desean serlo, porque anhelan la gloria y el poder.

Están ahí por su propia voluntad.

Así que no pierdan tiempo compadeciendo a los candidatos. Si no estuvieran ansiosos por hacer los sacrificios que supone la candidatura, no se habrían presentado a elecciones. O, como dijo Harry Truman, si usted no puede soportar el calor, manténgase fuera de la cocina.

[Hay ayudantes que desayudan al líder al tratar de sobre-protegerlo y mantenerlo ignorando la realidad. La secretaria que no le pasa las llamadas importantes, o que no se las pasa a algún ayudante para que la atienda dentro de las próximas horas, porque cada llamada puede ser importante. Con respeto pero sin miedo hay que decirle la verdad. Porque los líderes son los más informados de algunas cosas y los menos informados de otras. No decirle la verdad perjudica en vez de ayudarlo. Pero esto no quiere decir que se le debe llenar la cabeza de chismes insignificantes. Hay que saber usar el sentido común, que a veces es el menos común de los sentidos.]

96. Una elección es como una liquidación que dura un día.

Esto es lo que hace que el tiempo sea crucial en una campaña política.

El producto (candidato) [El Ideal de Estadidad en El Plebiscito] de una campaña (liquidación) está a la venta solo durante unas horas, un solo día. Se debe conducir la campaña de manera que su momento más alto (peak) esté tan próximo al día de las elecciones como sea posible. Demasiado a menudo hemos visto campañas que llegan a su apogeo en el Día del Trabajo cuando las elecciones son en noviembre. Desde entonces, van en caída.

Puede incluso ser preferible tener un alza tardía que temprana; al menos sabemos que la campaña iba por buen camino. Se puede controlar la subida hacia el momento más alto por medio [incrementando las actividades masivas] de las compras en los medios y teniendo noción de cuándo hacer anuncios importantes. [El plan de anuncios debe ser escalonado, no se pueden anunciar todas las propuestas al principio, pero tampoco dejarlas para muy tarde. Comenzar con lo racional para ir al toma y dame emocional. Los populares sólo saben bregar con lo emocional, negativo, destructivo, estridente, que lo gusta mucho a los periodistas izquierdistas pero los enajena de la gran mayoría del electorado.]

Y cuando no sea capaz de sintonizar la campaña para que suba en el momento que usted desea, la efectividad con que manipule usted los controles determinará su mayor o menor aproximación al punto álgido.

97. Deje que la esposa del candidato haga lo que desee hacer.

Este principio se aplica también a los esposos de candidatas. Muchos candidatos son hombres, la mayoría de ellos casados, y casi siempre se hacen esfuerzos para lograr que la esposa se involucre en la campaña.

A veces esto resulta y a veces no. He visto esposas de candidatos que hubieran sido ellas mejores candidatos que sus maridos. He visto también esposas que han sido una fuerza destructiva y que realmente hacen a sus maridos más mal que bien. Lo que yo acostumbraba a hacer en una campaña era invitar a la esposa del candidato a almorzar privadamente, encontrar qué es lo que le gustaría hacer en la campaña con entusiasmo. Si ella prefiere quedarse fuera de la campaña y no involucrarse en ella, perfecto; si desea acompañar a su esposo, muy bien. Si prefiere tener su propio programa, de acuerdo. Simplemente no la obligue a hacer algo en lo que ella estaría incómoda. [Pocos reconocen la gran labor que ha realizado Maga Rosselló, porque ella ha preferido mantenerse discreta y no como ha hecho Hilary Clinton. Pero si hay alguien que ha ayudado a Pedro Rosselló y que hace tanta campaña, participando en todo tipo de actividades, escribiendo columnas en la prensa, compareciendo regularmente a la televisión, en cosas positivas y edificantes, como nunca antes una Primera Dama había realizado con tanta efectividad, es Maga Rosselló. Es más, si la mitad de los Jefes de Agencias hicieran tanta campaña como ella, ganaremos El Plebiscito por un millón de votos.]

98. Nunca logrará complacer a todos.

A veces los candidatos tratan de llevar una campaña por consenso; creen que pueden atraer a todos, complacer a todos, no enojar a nadie.

Esto no sucede. Las campañas suponen una serie de decisiones, muchas de ellas fáciles, algunas difíciles. Cada vez que se toma una decisión difícil, habrá un grupo de votantes a quienes su decisión no les agradará.

[No se puede complacer a todo el mundo. Hay cosas que hay que hacer cueste lo que cueste, porque lo establezca una ley federal o sentencia de un tribunal siendo el PNP un partido de ley, orden y siempre ejemplarizante a la ciudadanía. Otras que es necesario adelantar, ya que el momento en que se haga cada cosa es esencial, por ejemplo, las decisiones difíciles se deben hacer lo antes posible, lo más alejado del Plebiscito y las elecciones generales. Lo preferible es que cada decisión o acción beneficie a todos, pero eso no es posible siempre, muchas veces hay que sacrificar algunos votos por ir en busca de otros. A veces algo beneficia a unos pocos bien organizados en perjuicio de los muchos mal organizados, o viceversa. Hay que tratar de anticipar lo negativo y balancearlo con lo positivo. Sacarle provecho a lo positivo y neutralizar lo negativo. Lo importante es tratar siempre de sumar electores o de restar los menos que sea posible, que cada acción que pueda perjudicar a un grupo de electores se les explique y se neutralice el efecto adverso, pero también el que le comunique a los que resultarán beneficiados para que la respalden con su voto. Antes el PNP no sabía lograr el equivalente en votos por las grandes obras. Estamos aprendiendo, pero si se comparan las obras realizadas por el PPD y el PNP en los pasados 30 años debemos ganar 90% a 5%.]

99. Sepa diferenciar lo esencial de lo que no lo es.

Como he apuntado en varias de estas notas, tanto el candidato como el director de campaña deben tener un gran sentido de las prioridades. Algunas cosas de las que se hacen durante la campaña o en el ejercicio del gobierno son esenciales y algunas no lo son. El candidato o líder inteligente aprende rápidamente a distinguirlas, a tomar decisiones esenciales y a actuar él mismo dejando lo no esencial para su equipo u otros de su gobierno. La misma regla se aplica a los consultores; no haga una montaña de algo que no tiene esas dimensiones. Sin embargo, si es de veras importante, utilice todos sus recursos para lograr sus objetivos.

[En campaña todo dcetalle es importante, pero todos no pueden trabajar en lo mismo. Hay que hacer mil cosas a la vez, unos atendiendo unas cosas y otros otras. Unos en reuniones, otros en seminarios, foros, visitas, caminatas u otros en las oficinas preparando Comunicados de Prensa o llamando a la radio por el teléfono. Todos son esenciales. Cada cual posicionado en lo que mejor sabe hacer. Lo preferible es que cada labor se haga por el mejor, pero no importa si la labor la hace Pedro o Luis o Juan, pero que se haga lo que hay que hacer como se debe hacer (si se hacen mal perjudican más de lo que ayudan). El día de las elecciones hacen falta más de Un Millón de votos, llevados a votar por 100,000 líderes bien motivados, dirigidos por 30,000 oficiales. A todos hay que asignarle algo que hacer, para que se vayan acostumbrando a hacerlo terminando con el voto.]

100. No puede llegar a las elecciones generales si no ha ganado las primarias.

Es como el béisbol, no puede jugar en la rueda final a menos que haya ganado en la temporada. Sin embargo, cuántas veces hemos estado involucrados en campañas en las que el candidato no habla ni piensa en otra cosa que en cómo derrotará a su opositor en las elecciones generales, dándole escasa importancia a su contendiente en las primarias. Más de una vez he visto candidatos que no pasan de las primarias porque se concentraron demasiado en las elecciones generales y no hicieron lo necesario para ganar las primarias. [Si el PNP perdiera El Plebiscito, pondría en peligro las elecciones del 2,000] En un caso clásico, el gobernador, preparó comerciales de televisión y una variedad completa de otros materiales de campaña para usarlos en contra del Senador. Su opositor en las primarias era un Alcalde de una ciudad de mediana población y la decisión fue ignorarlo totalmente, no respondiendo ni a sus cargos ni a sus ataques.

Todo el material de comerciales de televisión, anuncios y stickers se fueron a la basura a la mañana siguiente de las primarias porque el desconocido alcalde derrotó por amplio margen al gobernador.

[El gran filósofo Cefo Conde decía: “para anotar hay que llegar primero a primera”.

IDEAS DE JOE NAPOLITAN COMENTADAS SOBRE LAS AGENCIAS DE PUBLICIDAD:

Mi experiencia con las agencias de publicidad en campañas políticas ha sido desigual.

Debo aclarar que en muchas campañas las agencias de publicidad son útiles pero no esenciales: es posible reunir especialistas independientes que pueden cumplir las mismas funciones que una agencia, a veces por más dinero que el que requiere una agencia, otras por menos, pero en muchos casos no es conveniente el cambio si se puede encontrar una agencia compatible con los objetivos para trabajar con ella.

Comparto el temor expresado por algunos observadores políticos acerca de manejar asuntos políticos con agencias de publicidad, pero por razones diferentes de las usuales. A ellos les preocupa que agencias muy diestras, eficientes y competentes, puedan apartar el elemento humano de la elección. Mi preocupación es que muchas de ellas son tan incompetentes y tan ineficientes que pueden fácilmente destruir un buen candidato.

Las buenas campañas políticas están básicamente orientadas hacia una tarea – más que hacia un programa. Un director político utiliza la investigación de una manera diferente a como generalmente lo hace una agencia de publicidad: el político la utiliza para aprender lo que se debe hacer para ganar; las agencias usan a menudo la investigación para justificar lo que ya han hecho o para comprobar el impacto de lo que-hacen. Primero crean el spot y luego miden la reacción de la audiencia ante él; el director de campaña, en cambio, hace primero su investigación y para cuando crea el spot está muy seguro de que dará en el blanco.

La definición de la verdad sigue siendo uno de los temas que se evitan, la verdad es relevante para los medios impresos mientras los medios electrónicos se rigen por el efecto.

Hay algunas buenas agencias y otras no tan buenas, y hasta malas, como en todo.

Muchas agencias se empeñan en ser creativas a como de lugar, tengan o no sus creaciones relevancia para la campaña.

He visto agencias que muestran en la entrevista inicial una página entera de anuncios al candidato (cosa totalmente inadecuada porque nunca usamos una página completa en toda la campaña), antes de tener la más mínima idea de qué es lo que se va a tratar en la campaña.

Mi gran queja en contra de algunas agencias es que rara vez hacen el esfuerzo por entender los problemas de la campaña y del candidato, ignoran a menudo la percepción del electorado y no saben analizar y aplicar los resultados que revelan las encuestas: en muchos casos su aire de superioridad es un insulto a la inteligencia de cualquier candidato razonable o de su asesor.

Hay resistencia por parte de las agencias a aceptar la idea de que un productor independiente especializado en el trabajo político, que reporta directamente al candidato (y que es pagado por él eliminando el 15 por ciento de la comisión de la agencia) pueda hacer un mejor trabajo que el que la agencia tiene. En muchas campañas, no en todas, yo estoy muy favor de utilizar a productores de radio y televisión independientes, hombres que están hechos para resolver los problemas de la campaña, y las debilidades y chifladuras de los candidatos, que pueden obrar sobre ellas y utilizar la información de las encuestas y que puede usar en esta campaña en curso la experiencia adquirida en otras. Hay una gran diferencia entre el productor publicitario y el Asesor político. Una elección es, en palabras de un colega, como una liquidación de un solo día. Uno puede comprar ese Volkswagen, esa lata de sopa o ese galón de gasolina, hoy, mañana, la próxima semana o el próximo mes; pero uno puede votar por ese candidato solamente una vez. Si usted refuerza su campaña demasiado pronto o demasiado tarde, está en un problema: ¿De qué sirve alcanzar la máxima aceptación (peak) de los votantes el Día del Trabajo si las elecciones se harán recién el 7 de noviembre o proyectar el punto pico de la campaña para el Día de Acción de Gracias dos días después de que los votos fueron contados?

Si se logra una buena unión entre la agencia publicitaria y el asesor, entonces se tiene un formidable equipo de comunicación, particularmente si la agencia (y el asesor) están dispuestos a admitir que no lo saben todo acerca de la política o de comunicación política. A veces las agencias caminan un paso más atrás que los productores independientes familiarizados con las necesidades de la campaña (excluyo aquí las elecciones presidenciales porque en ellas la agencia siempre agrega más armas, reúne más gente y actúa en general con razonable efectividad y eficiencia). Mientras la agencia trabaja en sus reuniones “creativas”, discute y elabora ideas, prepara juntas de consejo y pasa por las múltiples y a veces redundantes etapas que las agencias parecen obligadas a cumplir, tal vez un productor independiente tendría ya hecho o puesto en el aire el spot.

Las buenas agencias tienen recursos que pueden ser útiles al candidato y a su grupo: por ejemplo un departamento de arte que pueda lograr rápidamente diseños para impactantes stickers y posters, planos para folletos y anuncios para oficinas. Usualmente conocen a los mejores fotógrafos y pueden arreglarse para lograr las mejores fotos del candidato, que se necesitarán en cada campaña. Si se trata de comprar tiempos y espacios, tienen normalmente relación con las estaciones de televisión y con los periódicos (si no las tuvieran, no sería del caso el que se involucraran en la campaña).

Aun más, a pesar de las críticas, las agencias logran ocasionalmente excelentes ideas para el material de campaña y los spots. Si ellas aceptaran la idea de que son parte de una unidad creativa dentro de un equipo de comunicación política y que no tienen el monopolio del talento y de las ideas, todo marcharía mejor con el candidato y con jóvenes trabajan con él.

Los asesores políticos, a diferencia de las agencias de publicidad y de muchos productores, tienden a trabajar por un partido o por otro. Yo prefiero aquí a los asesores generales, no a los ultra especialistas que ofrecen mensajes telefónicos preparados o servicios tales como iluminación o maquillaje, que se especializan en correo directo, o que representan a centros de servicios computarizados: estos son técnicos, su cooperación puede ser valiosa, pero que no pueden tener contudencia en el mensaje que el candidato comunica a sus constituyentes.

Hay especialistas en organizar convenciones y en el alineamiento de delegados.

La gente que vale en este negocio no es aventurera o improvisada. Es, en general, gente brillante que sabe de política y que – tiene los ingredientes necesarios para ser asesor de campaña: habilidad en la toma de decisiones, voluntad para trabajar largas horas y viajar casi constantemente, conocimiento de los medios y capacidad de contar con los mejores en las variadas áreas de la comunicación política. Pocos de ellos han tenido o buscado puestos de elección popular o tienen deseos de tenerlos.

Su interés está en el proceso político, en el desafío de tratar de llevar a un hombre a un cargo, con una cierta preferencia hacia los candidatos no muy favorecidos, y ganar con ellos. Pocas experiencias conozco, excepto quizás el orgasmo, que puedan llevar a esa sensación de una noche después de las elecciones, cuando se empiezan a conocer los anuncios de los votos y parece como si se fuera a brincar sobre un fracaso.

Esto realmente vale la pena.

Por supuesto que hay prostitución en nuestro ambiente, podría nombrar uno o dos casos pero no más, y estos probablemente son menos de los que se pueden hallar en otros servicios industriales semi profesionales. Puede a veces aparecer alguien que se haga cargo de un candidato, prometiendo mucho y dando muy poco. Conozco el caso de un candidato en un estado grande que gastó setecientos mil dólares con un experto de estilo propio que no hizo nada de lo que ofreció y que lo que hizo fue tardío y de mala calidad. El candidato resultó tercero en un grupo de tres, en una elección que pudo haber ganado aunque hubiesen existido errores en la campaña, e incluso en la formulación del mensaje, que yo diría que estaba a 180, o al menos a 175 grados del punto en que se hallaban los constituyentes que trataba de conseguir que lo apoyaran.

[Recomienda el que todos los medios de comunicación, teléfono, fax, Internet deben usarse al máximo]

IDEAS SOBRE ASESORES EN LA CAMPAÑA:

Una de las mejores ideas para la campaña es la de los Delegados Presidenciales o Facilitadores. Personas a las que se le encomienda asesorar y servir de enlace entre la campaña central y la municipal. En el pasado algunos han sido muy efectivos y otros no. Si funcionan en el 30 o 40% es mejor que nada. Pero si se establece un plan detallado, se logrará una efectividad mucho mayor. Especialmente para ayudar en la reorganización del PNP y en El Plebiscito. Estas ideas pueden también ser usadas y ajustadas a un Comité de Estrategia que debe designarse en cada Municipio, aparte del Comité de Campaña y que es recomendable sea presidido por el Director de Campaña Local. Por eso incluimos estas ideas de Napolitan con nuestros comentarios ajustados a la realidad política de Puerto Rico:

COMO UTILIZAR BIEN UN ASESOR POLITICO

Para los candidatos y los asesores políticos

1. El asesor político no debe ser considerado una amenaza.

Usualmente, no es el candidato sino el director de campaña y su personal quienes ven al asesor como una amenaza. Es imperativo que los que trabajen con el asesor sepan que él solo tiene un propósito en la campaña: ayudar a ganar la elección. No quiere ser empleado municipal después de la elección. Solamente quiere hacer su trabajo e irse a su casa.

Es particularmente importante que todo el personal y liderato local entienda esto y que acepte al asesor como un recurso que debe ser utilizado, no como una amenaza a sus propias posiciones. [Su función es de facilitador]

2. Determine las funciones del asesor con anterioridad. [El Delegado Presidencial ayudará a servir de enlace entre la campaña a nivel central y el municipio que le han asignado. Coordinará la repartición de material de campaña y las comunicaciones escritas, preferiblemente semanalmente. Ayudará al Alcalde y al liderato local en todo lo que le sea posible.]

Esto depende de las necesidades y recursos que tenga el Delegado Presidencial. También servirá como asesor, reclutará a un equipo de colaboradores en aquellas áreas que le sea posible. Hay distintas clases de asesores: algunos son asesores generales y otros especializados. Algunos ayudarán en unas cosas y otros en otras. Antes de comenzar la labor del asesor político, él y el liderato local deben entender claramente cuáles serán sus responsabilidades. Usualmente, estas responsabilidades son determinadas por las necesidades de la campaña. Algunas campañas locales necesitan más ayuda que otras.

Como regla general, cuanto mejor organizado esté un municipio, menos hará falta el asesor. (Se debe planificar recibir al asesor unas cuantas veces sea necesario para analizar y revisar lo que se está haciendo en la campaña y ver cómo se puede mejorar). El Alcalde o Presidente del PNP debe asignar a dos o tres personas para que coordinen con el Delegado Presidencial y los asesores que se asignen a ayudar en su campaña.

3. Asegúrese que usted tiene el asesor político apropiado.

Los asesores no son robots, vacíos de sentimientos humanos e ideología personal. El Alcalde debe consultársele sobre el Delegado Presidencial que se le asigne. Ambos estar de acuerdo en los asesores que le ayudarán. Así se evitan malos entendidos y contratiempos.

4. Busque un asesor político lo más pronto posible.

Mientras más pronto un asesor se comprometa con una campaña, más valor tendrá para el candidato, el partido y la campaña. Si a un asesor lo llaman tarde, cuando todo está hecho, se han tomado ya las decisiones importantes y la producción de la propaganda ya ha empezado, su valor potencial en la campaña será reducido.

Lo normal es que se comience trabajar en una campaña con dos años de anticipación y, de hecho no se debe aceptar participar como asesor en una campaña si queda menos de un año hasta el día de las elecciones. Siempre toma algún tiempo desarrollar una buena relación, crear confianza, aprender los detalles, llegar a conocer gente en la campaña y familiarizarse con el candidato. Cuando más pronto empiece a trabajar el asesor, más ayuda podrá dar.

5. Asigne a alguien como enlace directo con la campaña.

Generalmente, pero no siempre, la persona que actúa como contacto entre la campaña y el asesor, es el director de la campaña. Algunas veces puede ser el director de medios o alguna otra persona. Quienquiera que sea, debe tener acceso directo al candidato y poder proporcionar ese acceso al asesor cuando él lo necesite.

En mi opinión, generalmente, no es buena idea que un candidato sirva de enlace entre el asesor y la campaña, porque si el candidato hace lo que debe, no tendrá tiempo para ser un contacto efectivo.

6. Decida quién va a saber que usted ha contratado un asesor.

No conviene que todos sepan qué asesores se tendrá. Debe ser un trabajo anónimo y confidencial. Pero es conveniente que muy algunos colaboradores sepan del Delegado Presidencial y los asesores que van a ayudar, siempre es conveniente que mantengan un perfil bajo.

7. Proporcione al Delegado Presidencial y a los asesores políticos las herramientas que necesiten.

Diferentes asesores tienen diferentes requerimientos y las necesidades de un asesor pueden variar de campaña a campaña. Quizás, si el municipio es lejos, convenga gestionar el que le presten una casa para que se queden y puedan ir semanalmente.

8. Emplee los conocimientos e información de su asesor político.

Casi siempre es cierto que el asesor político tiene más información de la campaña a nivel central que el candidato y la gente de su personal. Esto es natural porque se reúnen más con los miembros del Comité de Campaña central, pasan virtualmente todo su tiempo trabajando o aconsejando al nivel central.

Ciertamente es verdad que el liderato local conoce mejor las particularidades de su Municipio más que cualquier asesor de afuera y bien puede ser que algunas de sus recomendaciones no sirvan en el pueblo en cuestión.

Sin embargo, una idea nunca debe ser rechazada completamente “porque nosotros no lo hacemos así aquí”, lo mismo que ninguna recomendación de un asesor debe ser aceptada a ojos cerrados antes de probarla.

9. Escuche al asesor.

Usted no está obligado a seguir el consejo de su asesor, pero debe por lo menos escucharlo.

10. Hable con su asesor antes de tomar una decisión importante.

Siempre me asombro cuando un cliente toma una decisión importante y me llama luego para informarme sobre ella, en lugar de llamarme primero para ver qué sugerencias yo tendría con respecto a la decisión que va a tomar.

Es muy poco lo que un asesor puede hacer para rectificar una decisión incorrecta después de que ya se ha tomado; pero muchas veces puede prevenir a un líder para que no tome una decisión incorrecta o quizá sugerir una alternativa que pueda ser más beneficiosa.

De nuevo, no existe ninguna obligación de tomar el consejo del asesor si usted no está de acuerdo con él pero al menos debe tener la cortesía (y el buen juicio) de hablar con él antes de tomar decisiones importantes.

11. Dígale a su asesor la verdad.

Usted no gana nada diciéndole a un asesor que las cosas son mejores de lo que son en realidad. Seguramente, él se enterará de qué tan mal están las cosas en la realidad y su falta de franqueza pondrá en duda la relación completa.

Tratar de engañar a su asesor sobre estas cosas es como tratar de engañar a su doctor cuando usted está enfermo, o a su abogado; no tiene sentido y si usted le da a su asesor una información incorrecta él basará importantes decisiones en la información que usted le ha dado y quien saldrá perdiendo es su campaña.

Usted no tiene que pintar un cuadro color de rosas a su asesor. Además, si no hubieran problemas en la campaña, no tendría necesidad de un asesor externo.

12. Instruya a quienes trabajarán con su asesoría para que cooperen con él.

Generalmente, los funcionarios de la campaña cooperan con el asesor pero muchas veces su persona de enlace puede encontrar las puertas cerradas después de que el asesor sale del país. Si usted quiere sacar provecho del trabajo de su asesor, debe lograr que esté en contacto constante con lo que pasa en la campaña; y esa es una de las responsabilidades de la persona que él deja como su representante en el país. Si el representante del asesor no puede saber lo que está pasando porque no es invitado a las reuniones, el asesor no podrá saber lo que pasa; y si el no puede enterarse de lo que pasa, no podrá ayudar tanto como debiera.

13. Use el tiempo de su asesor completamente.

No pierda su tiempo no el tiempo de su asesor externo.

14. Organice su horario de visita con anticipación.

Los candidatos y los directores de campañas son personas muy ocupadas al igual que los asesores políticos. Es esencial que se diseñe un calendario de largo alcance y se revise semanalmente, lo que es esencial para planificar toda la campaña.

15. Establezca un sistema de comunicación efectivo entre las

visitas y úselo.

Visitas, reuniones, teléfono, fax, corredor, correo, Internet, radioteléfonos, beepers. Use todo sistema de comunicación rápido, efectivo y alterno.

Si usted va a aprovechar al asesor asegúrese de que él tenga acceso a toda la información que necesite y de que se le entere de los procesos de decisión.

17 Valore sus recursos de una manera realista.

Sea realista en su análisis. Toda campaña es local, cada líder de barrio o sector debe analizarse, porque son los recursos más importantes de la campaña local.

18. No deje que el orgullo interfiera para ganar la elección.

Esto nos hace volver al síndrome de “amenaza” y “celo” que mencioné al principio de este escrito. El objetivo de una campaña política es ganar y si usted necesita buscar una compañía de fuera del país para ello, hágalo. No se preocupe si lastima los sentimientos de algunos que ponen en riesgo su triunfo en la elección.

19. No resalte la presencia del asesor si esto es perjudicial para la campaña.

20. Si usted no entiende un consejo de su asesor, pídale que

le explique.

Algunas veces, los asesores usan términos o expresiones que son parte del vocabulario político a nivel central, pero que pueden ser totalmente incomprensibles en el nivel local. Yo recuerdo una vez que le dije al director de una campaña que debía hacer un escrutinio de los votantes (en inglés, “canvass”) antes de mi próxima visita. El inclinó la cabeza gravemente y cuando yo regresé un mes después me confesó que realmente no tenía ni la más mínima idea de lo que era un escrutinio de los votantes. Si no entiende las recomendaciones que hace un asesor, pídale que le explique detalladamente lo que desea. Se supone que los asesores son comunicadores, así que lo menos que deben hacer es comunicar sus propias recomendaciones efectivamente.

21. Asegúrese de que las decisiones que han sido aprobadas se

cumplan.

Este es uno de los problemas más grandes que enfrenta un asesor. Va a un Municipio, tiene muchas reuniones, escribe algunas notas, se reúne con el candidato, con el director de campaña, con el director de comunicaciones, etc., hace recomendaciones que son aprobadas por todos y se va de la ciudad. Una semana después regresa y encuentra que nada ha sido implementado y que la campaña está exactamente donde estaba la semana anterior, solamente que ahora hay una semana menos para la campaña.

Por esta razón empecé a dejar un delegado en los países en los que trabajo: para ayudar a implementar las decisiones que se aprobaron. Si el consejo de su asesor es correcto, debe ser implementado, si no, debe ser discutido con él y se debe tomar una decisión contraria.

Pero durante el último día de la visita de su asesor no le diga que muchas cosas que recomendó van a ser ejecutadas durante su ausencia, cuando en realidad su personal se olvidará de ellas una vez que se vaya.

22. Confíe en su asesor.

Si usted no puede confiar en el asesor que tiene, no lo han seleccionado bien. Es importante tener una reunión privada con el candidato y preguntarle si hay algo que pudiera dañar a la campaña si se hiciera público. Yo no estoy buscando chismes, solamente quiero que no me cojan de sorpresa en un momento crítico de la campaña. Los asesores no se ofenden ni se avergüenzan fácilmente. Si su asesor sabe su problema, él puede empezar a preparar una estrategia para enfrentarlo y puede estar preparado si el problema emerge en la campaña.

23. Póngase de acuerdo sobre la forma en que el asesor lo ayudará en la campaña local.

24. No tenga miedo de pedir ayuda.

Si usted tiene un problema, llame a su asesor inmediatamente. No se preocupe si lo molesta o lo llama a su casa tarde, de noche o afuera. El asesor está para ayudarle en la campaña no solamente por el tiempo en que él esté en su municipio. A él le gustará más recibir una llamada a media noche que enterarse más tarde de una catástrofe que hubiera podido evitar si hubiese sido informado a tiempo.

25. No espere milagros.

Ningún asesor que yo conozca es perfecto. El sabe de tecnología de campañas modernas y de tecnología básica de campañas. Sus conocimientos servirá de apoyo en su campaña. Sabrá quienes son las personas buenas en caso de que usted necesite especialistas adicionales. Podrá evaluar lo que está haciendo y hacer recomendaciones. Podrá incluso corregir errores. Pero no puede hacer milagros.

26. Un punto final.

Si usted gestiona o se le asigna a un Delegado Presidencial o asesor político, úselo apropiadamente.

Su consejo no le hará bien a menos que lo practique.

IDEAS SOBRE DIRECTORES DE CAMPAÑA Y ASESORES:

Un buen asesor de campaña a menudo no es mucho más efectivo que el director. Si el director es competente el rol del asesor es fácil, su efectividad se máximice: los buenos directores saben cómo utilizar a los asesores.

Los llaman al teléfono, estudian problemas, discuten soluciones, escuchan ideas que pueden aceptar o rechazar, implementan aquellas que pueden serles útiles.

Los ingredientes que componen a un buen director de campaña son una inteligencia general, lealtad hacia el candidato, fe en él, habilidad para tomar decisiones, conocimiento de los medios.

Si sucede que además sabe algo de política, tanto mejor, esto es una ventaja para él. Pero no existe manera de que la lealtad, la confianza, inteligencia o habilidad para tomar decisiones puedan ser compradas. Los directores de campaña son, incidentalmente, malos candidatos para un concurso de popularidad aún, y quizá particularmente, entre la gente del equipo. El director es el que sabe decir NO cuando es necesario, y esto a menudo significa complacer a unos y ofender a otros. Cuando se gana, todo el mundo lo aprecia y, si se pierde, ¿qué importa la diferencia?

La regla inflexible es:

Si el candidato gana, es por su encanto, por su inteligencia, por su atractivo ante los votantes; si pierde, es por culpa del director.

Debe haber excepciones a esta regla, pero no las he encontrado. Algunos directores de campaña son malos porque son indecisos, dan largas a una decisión, de modo que lo que hacen pierde efectividad. (A fin de cuentas, ¿a quién le importa si la tinta del folleto es azul o verde?) [Salvo en Puerto Rico.]. Otras veces sienten que necesitan de un consenso antes de actuar, de manera que consultan a todos los que están a la vista o al alcance del teléfono e incluso llaman a reunión para tomar una decisión en vez de tomarla ellos.

Algunos directores de campaña son malos porque son demasiado agresivos, demasiado egoístas y creen que el camino que eligen es el único correcto, sospechando siempre de toda sugerencia que les llegue de fuera. Son personas inseguras de su propio trabajo, que se sienten compelidas a destrozar toda idea ajena porque la ven como amenaza a su propia posición.

El síndrome es particularmente agudo en las elecciones importantes, en las cuales todos están tan involucrados en proteger su propia posición que pierden de vista el hecho de que el objetivo final de la campaña es ganar las elecciones, probablemente, la peor especie de director de campaña es aquella de los chicos encantadores que no actúan y además dicen mentiras. Son personas que le aseguran al comprador de tiempo que el cheque para los spots de televisión ha salido en el correo de la mañana cuando no es así, aquellos que prometen al productor que le pagarán el viernes, llegó el martes, después el primero del mes, y no lo hacen nunca. El descrédito que dan a su candidato es incalculable, mientras creen que están actuando en pro de sus mejores intereses: cuando no hay el dinero para pagar una cuenta, lo mejor es decirlo y no prometer jamás que se pagará en cierta fecha cuando no se está seguro de poder hacerlo. Lo que sucede en esos casos es que los asesores, los productores y los compradores de tiempo difunden el asunto, y si el candidato decide alguna vez participar de nuevo tendrá que pagar por adelantado si es que desea que la mejor gente trabaje para él o, en su defecto, quedarse con los segundones.

A veces buenos candidatos con inteligencia superior demostrada hacen cosas extrañas (si se desea, se puede leer “estúpidas” en vez de extrañas).

Mi consejo a los candidatos es mirar mucho y en profundidad antes de seleccionar al director de campaña y, cuando lo hayan encontrado, darle toda la autoridad para que pueda hacer su trabajo adecuadamente, incluyendo en esto el manejo de la cuestión fondos. En cada campaña que dirijo, insisto en el control de todos los gastos y muchos asesores de primera línea que conozco hacen lo mismo. Es el único modo de mantener el control de la campaña.

El director de campaña debe, además, tener la última palabra sobre el programa, porque en los días finales de una campaña exhaustiva, los candidatos están agotados y poco aptos para tomar decisiones adecuadas. En 1960, por ejemplo, Richard Nixon hizo la inútil promesa de que visitar cada uno de los cincuenta estados durante su campaña. Esto lo llevó, casi en vísperas de las elecciones, a tener que ir a Alaska. Ganó en Alaska los tres votos electorales, pero las treinta y seis horas que usó en este viaje pudieron haber sido mucho más provechosas en Illinois, en donde perdió un buen número de votantes. Es imperativo que el candidato y su director de campaña lleguen a una relación personal muy cercana, si ésta no existía ya antes de la campaña. El director debe ser la persona más cercana al candidato durante la campaña, sin contar a su esposa. (No es raro que la esposa vea al director como a un competidor por el tiempo del candidato, particularmente si ella siente que su marido está siendo gobernado por un espíritu insensible, cuando lo único que está tratando es hacer que lo elijan).

El candidato y su director pueden no estar de acuerdo en todo; hay desacuerdos a veces, pero eso no tiene nada de malo. Pero cuando se llega a una decisión, ambos deben apegarse a ella; si un director tiene una divergencia seria con su candidato tiene dos opciones: ceder o irse.

La peor elección que un candidato puede hacer para su director de campaña es nombrarse a sí mismo. Nadie -repito, nadie- puede hacer un trabajo competente en una campaña importante si trata de desempeñar ambos roles. Uno de los dos trabajos resulta mal hecho, o a veces ambos. Mi mejor consejo para los candidatos que quieren ser directores de campaña es que dejen la elección y que se busquen un candidato a quien dirigir. Y los buenos directores normalmente no son buenos candidatos.

Mientras que los directores de campaña pueden elegir el formar parte del gobierno si su candidato es electo, los asesores rara vez lo hacen excepto probablemente por seguir a un ganador en elección presidencial. Muchos asesores están en el negocio que eligieron por que les gusta la emoción de la campaña y la espera del resultado. Ganen o pierdan, saben que al final de la primera semana de noviembre pueden buscar huevos desafíos.

A menudo los asesores están en conflicto con las organizaciones partidarias establecidas, porque las han reemplazado en la toma de decisiones. [Parcialmente cierto en Puerto Rico donde los partidos son ideológicos] Por lo demás, el advenimiento y acrecentamiento de la influencia de los medios de comunicación de meses ha significado la lenta muerte de las organizaciones partidistas.

En realidad, la única función importante de las estructuras partidistas hoy en día es la de nombrar candidatos a la Presidencia y mi idea personal es que estaríamos todos mejor si esta responsabilidad fuera dejada en manos del pueblo: el voto directo al partido está pasado de modo. La gente vota por la gente, no por partidos. [Es especialmente cierto en Puerto Rico, donde los partidos son ideológicos, pero los progresistas sólo votan por candidatos casi perfectos, mientras que los populares como son fanáticos votan por cualquiera que le pongan en la papeleta.]

A menudo las organizaciones partidistas ven al asesor o al director profesional de campañas como una amenaza a lo que consideran sus derechos de patronato. Veo esta actitud como de cortos alcances. Primeramente, pocos asesores están interesados en algo después de las elecciones. Y, si el candidato pierde, de nada hay que preocuparse. La regla más importante es la de que los buenos gobernantes son los mejores políticos: si un hombre es un buen senador o un buen gobernador, hacerlo luego reelegir será fácil. Los candidatos que son elegidos y desperdician los primeros dos tercios o tres cuartos de sus términos bajo la presunción de que pueden hacer todo más tarde durante la campaña, pueden estar preparándose a sí mismos para una buena desilusión, es decir que podrán muy bien ser rechazados para el cargo en la próxima vez que los votantes tengan la posibilidad de expresar su opinión en las urnas. [Eso no sucede en Puerto Rico, donde Pedro Rosselló trabaja seis días a la semana, diez y seis horas diarias, cada día del cuatrienio, por eso ha realizado más obras en un cuatrienio que los populares en cuatro cuatrienios.]

Otra cosa se debe recordar acerca de los asesores políticos: siempre han estado alrededor de las campañas electorales. Solo hace pocos años hemos comenzado a ser identificados y denominados como tales. Pero los candidatos siempre han tenido consejeros y, aunque hayan sido voluntarios en vez de profesionales, igual eran asesores. (No conozco ningún asesor profesional que en un momento u otro no haya trabajado en forma voluntaria si tuvo una buena razón para hacerlo).

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